Emergencia sin fin: el Bolonia pierde efectivos, pendiente del resultado de las pruebas de Holm
El Bolonia circula con el motor encendido, pero con el capó lleno de problemas. La enfermería rossoblù en las dos últimas semanas se ha convertido en una auténtica sala de urgencias: hasta siete jugadores en el dique seco. Y si excluimos la baja de larga duración de Ciro Immobile, el balance sigue siendo duro: seis lesiones en catorce días. Una cadena de contratiempos que ha convertido este noviembre en una carrera de obstáculos para Vincenzo Italiano.
La lista del desastre está ahí, sin anestesia. Se abre el 2 de noviembre, en el derbi ante el Parma, con Remo Freuler, obligado a parar por una fractura desplazada de clavícula. Luego, el 8 de noviembre, en un entrenamiento, le toca a Federico Ravaglia, víctima de un esguince de tobillo. El 9 de noviembre, en la tarde de la gesta contra el Nápoles, caen dos más: Lukasz Skorupski, con una lesión en los isquios, y Jonathan Rowe, frenado por una lesión en el bíceps femoral. El 11 de noviembre, en la concentración de Coverciano, llega el mazazo de Nicolò Cambiaghi, detenido por una lesión en el gemelo. Hasta llegar al último contratiempo: Emil Holm, que en el duelo entre su Suecia y la Suiza de Ndoye y Aebischer sufrió un problema muscular en el muslo.
Para la visita del sábado a Udine, Italiano solo podría recuperar a Ravaglia e Immobile, eso sí, para el banquillo y con el condicional de rigor. El técnico y el cuerpo médico se mantienen prudentes: a menos de una semana del partido, todavía es pronto para mojarse.
La situación más delicada es la de Holm. Una hora después del pitido final en el Suecia–Suiza, el carrilero explicó que se había sometido a una ecografía que no habría detectado lesiones importantes. Una buena noticia, sí, pero con un límite evidente: una ecografía hecha en caliente solo delata problemas serios y es poco concluyente para microrroturas. En resumen, no basta para respirar tranquilos.
Holm regresó a Bolonia anoche y hoy se someterá a una resonancia magnética en Isokinetic, la prueba que dará el veredicto definitivo tanto sobre la naturaleza del percance muscular como sobre los plazos de recuperación. Las primeras sensaciones del jugador y del staff sueco hablan de una lesión no grave, pero está claro que un parón de 2-3 semanas sigue siendo un riesgo real.
La baja de Holm reabre un guion ya visto en el primer mes de temporada: el relevo forzado entre Nadir Zortea y Lorenzo De Silvestri en la banda derecha. Y esta vez la lógica también es cristalina: De Silvestri en Liga, Zortea en Europa. El motivo es sencillo: Lollo no está inscrito en la UEFA. Y con el duelo de Udine apenas unos días antes del cruce europeo ante el RB Salzburgo, todo apunta a que el “Sindaco” volverá a partir de inicio en el Bluenergy Stadium, dejando a Zortea la noche europea en el Dall’Ara. Para el ex del Cagliari, que hasta ahora ha ofrecido un rendimiento correcto pero sin los destellos del curso pasado (cuando llegó a marcar seis goles), puede ser la oportunidad perfecta para despegar. Para De Silvestri, en cambio, es enésima ocasión de demostrar que la última extensión anual de su contrato no fue un premio a toda una carrera, sino la decisión de un club que sabe cuánto puede aportar: en el vestuario y, sobre todo, en el campo cuando toca.
Ante una enfermería que no da tregua, Italiano tiene que reinventarse de nuevo. El sábado en Udine hará falta un equipo compacto, pragmático y capaz de superar otro momento delicado.



