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¿Por qué fichar a un entrenador en caída libre? Atalanta BC subestimó la figura de Gasp y se equivocó con su relevo. En cambio, el ex director de la Dea...

¿Por qué fichar a un entrenador en caída libre? Atalanta BC subestimó la figura de Gasp y se equivocó con su relevo. En cambio, el ex director de la Dea...TODOmercadoWEB.es
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Hoy a las 00:00Editorial
Raimondo De Magistris
Nacido en Nápoles el 10/03/88, licenciado en Filosofía y Política por la Universidad Oriental de Nápoles. Trabaja para TMW desde 2008, fue vicedirector durante 10 años. Enviado con la selección italiana y presentador en Radio Sportiva

Cuatro equipos de la Serie A de veinte han cambiado de entrenador desde el último parón. No es un dato menor: un 20% que contrasta con el arranque de la temporada, cuando durante semanas no cambió nadie. Así se llegó hasta la octava jornada, hasta que los problemas afloraron y ni a Ivan Juric le bastó ganar en Marsella al Olympique de Marsella (OM) de De Zerbi para salvar el puesto. Pagó la derrota en casa ante el Sassuolo y, sobre todo, un Atalanta que solo ha ganado dos partidos en liga y ha empatado demasiados. También le pasó factura una relación turbulenta desde el principio con un vestuario acostumbrado a un técnico de carácter fuerte como Gasperini. Pero Gasp es Gasp: otra historia frente a un entrenador claramente en declive. Destituido por Atalanta BC exactamente un año después del despido que le dio el AS Roma. Por el camino, doce derrotas en catorce partidos al mando de un Southampton que el curso pasado batió varios récords negativos en la Premier League, incluido el de convertirse en el técnico con peor media de puntos en la historia de la máxima categoría inglesa.

Ivan Juric aterrizó en Bérgamo con estos antecedentes y cabe preguntarse por qué Atalanta BC apostó por él. Más aún después de los mejores nueve años de la historia del club. La decisión de Tony D'Amico, avalada por la propiedad, respondía a un hilo continuista. El técnico croata fue de los primeros en ser etiquetado como discípulo de Gasp, pero los últimos años cuentan otra cosa y esa etiqueta ya no basta. D'Amico se encontró en Bérgamo con un entrenador que ya no era el de Verona. Tocado por sus últimas derrotas, incapaz de leer el momento de un equipo que acababa de cerrar un ciclo. La elección de Juric fue recibida desde el principio con escepticismo; ayer el propio club hizo suyas esas dudas y le destituyó.

El caso Atalanta confirma, una vez más, que el entrenador es la pieza clave que marca una temporada. La Dea en verano no hizo nada distinto a otros años: vendió a una de sus figuras y reinvirtió solo parte de lo ingresado para reforzar la plantilla. Este año Atalanta no es menos competitiva que en cursos anteriores, pero cambias el banquillo y cambia todo.

La prueba del nueve en este sentido es el Bologna de Vincenzo Italiano y Giovanni Sartori. El ex director deportivo de Atalanta, que desde el verano de 2022 está haciendo grande al Bologna, tuvo como prioridad, tras la victoria en la Copa de Italia, asegurar la continuidad del entrenador. Italiano, a mediados de mayo, era la primera opción de Tare y Furlani, pero el club emiliano hizo todo para convencerle de quedarse: le amplió el contrato, le mejoró el salario y, a partir de él, montó una campaña de fichajes similar a la de los últimos años. Con trazos muy parecidos a los que la Dea dibujó con Sartori y después del adiós de Sartori. Salieron Ndoye y Beukema (ventas a muy buen precio) y llegaron Vitik, Heggem y Rowe.
Con un plan consolidado y un técnico que se está confirmando entre los mejores del momento, el Bologna no acusó dos salidas que, sobre el papel, eran muy pesadas y arrancó como, o mejor que, antes. Tras once jornadas, se ve con ambiciones de Champions League; tras once jornadas, le saca ocho puntos a Atalanta, que ha gestionado fatal el post-Gasperini y ahora intenta arreglarlo con Raffaele Palladino.

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