Demasiados problemas arriba y ahora también bajo palos. A 50 días para el mercado de enero: qué necesita el Parma
Manta corta en casa del Parma: el equipo pasó de ser una de las mejores defensas del campeonato en las primeras jornadas, pero con un ataque estéril, a recuperar el gol y perder solidez atrás. El técnico Cuesta ha insistido en que la propuesta está ahí y que el nuevo cuerpo técnico ha priorizado los ajustes defensivos por encima del desarrollo del juego. Aun así, los numerosos errores individuales han lastrado el rendimiento, sobre todo en forma de puntos.
Una urgencia clara para el mercado son los extremos, todos KO, sin excepción. El primero fue Jacob Ondrejka, que se rompió el peroné en plena pretemporada. Después le tocó a Frigan: apenas unos minutos en liga y grave lesión en la rodilla izquierda (rotura del ligamento cruzado anterior). Y, por último, cayeron Oristanio y Almqvist, lo que obligó a Cuesta a cambiar el dibujo y a no poder dar ni un minuto de respiro a Pellegrino y Cutrone; este último, además, muy sacrificado tácticamente por la ausencia de socios de ataque.
Del regreso del sueco ex del Amberes y de la recuperación total del italiano, frenado por múltiples problemas (solo una titularidad), dependerá en gran medida el mercado del Parma. Pero ahora toca solucionar también el caso Zion Suzuki: el portero, indiscutible, estará tres meses de baja tras la lesión sufrida ante el Ac Milan. Por ahora, la línea del club pasa por confiar en los dos jóvenes Corvi y Rinaldi, aunque no se descarta un parche en el mercado invernal. El interés en Miretti invita a pensar que puede haber movimiento también en la medular, donde a los recién llegados Sorensen y Ordonez les está costando entrar en los mecanismos del fútbol italiano, algo comprensible.
En el capítulo de salidas, a día de hoy resulta difícil imaginar una despedida de peso. Más probable que perfiles como Lovik o Begic, si apenas cuentan en las próximas seis semanas, salgan cedidos para tener minutos.



