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Mazzarri: "Fui el único en estar cuatro años en el SSC Napoli con De Laurentiis. ¿Excusas? Defendía a mis jugadores"

Mazzarri: "Fui el único en estar cuatro años en el SSC Napoli con De Laurentiis. ¿Excusas? Defendía a mis jugadores"TODOmercadoWEB.es
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Hoy a las 16:45Serie A
Alessio Del Lungo

Walter Mazzarri ha vuelto a hablar tras su última etapa en los banquillos en Italia, hace dos años, y lo hizo en una extensa entrevista en los canales de La Gazzetta dello Sport: "Creo que fui el único en el SSC Napoli que estuvo cuatro años con De Laurentiis. Sarri se quedó tres y hasta el que ganó el Scudetto duró menos que yo".

¿Qué le responde a quien dice que ponía demasiadas excusas?
"Yo siempre pensaba en defender a mis jugadores; a veces tiraba de excusas para que no los machacaran. Hoy veo técnicos que señalan a sus futbolistas en público. A mí no me interesa quedar bien, mi prioridad era proteger a mi equipo. Mi gesto del reloj se hizo icónico. O pedía recuperar el tiempo o pedía el pitido final porque íbamos ganando. Jugábamos bien y, para sacarnos puntos, nos hacían de todo. Ese gesto ahora está inmortalizado en el Maradona. Se habrá convertido en un meme y, en ese sentido, hasta me hace gracia".

¿Era tan defensivista como se decía?
"Conmigo mis equipos siempre hicieron muchos goles. Rolando Bianchi, después de la Reggina conmigo, se fue al Manchester City. Todos los delanteros rindieron muy bien a mis órdenes; por algo será. En la vida valen los hechos: a alguno Mazzarri le caerá mal, pero los números hablan. Lo demuestra también aquel SSC Napoli de los tres tenores. Primero necesitas la fortuna de tener jugadores adecuados para tu idea. La mayor virtud de Lavezzi era el uno contra uno; por eso tenía que partir abierto por la izquierda. Si lo ponía por dentro, perdía eficacia. Nada más conocerle lo entendí y traté de potenciar sus virtudes. El Pocho era explosivo, potentísimo en corto, pero al final de la jugada le costaba volver. Ahí aparecía Hamsik, inteligente, completo y con zancada, que se hundía para formar el 3-5-2 ‘torcido’, como lo llamo yo. Tuve la suerte de entrenar a Lavezzi, Cavani y Hamsik cuando aún no eran estrellas, eran chicos muy jóvenes. Se convirtieron en los tres tenores a partir del segundo año".

¿Qué hizo para potenciar a Lavezzi?
"Conmigo se convirtió en atleta porque le hice adelgazar. Cuando firmé con el SSC Napoli se rumoreaba que podía salir; yo me impuse para que se quedara porque sabía que llegaría a ser lo que luego vimos. Hamsik se quedó en Nápoles porque estaba enamorado de la ciudad, pero también tenía ofertas importantes de la Juventus. Al principio me dijeron que con el Pocho era complicado; entonces estaban Quagliarella y no Cavani. Lavezzi no pensaba en la fase defensiva y, si te defiendes uno menos, todo cambia. Le pedí mejorar la condición física y, después de cinco o seis regates, cuando terminaba la acción, le exigía volver y ponerse por delante del lateral. Le obligaba a regresar, tenía que recordárselo siempre y él me lo pedía porque decía que se le olvidaba. Con él tuve una gran relación".

Cuéntenos una curiosidad.
"Cuando regresé al SSC Napoli intenté hacer algo parecido a lo que hacía con Lavezzi con Kvaratskhelia. Pero el interior que tenía no tenía las características adecuadas para el tipo de recorrido que pedía y optamos por otra cosa".

¿Cómo fue entrenar a Cavani?
"Me decían que tenía una potencia increíble, pero era ansioso y fallaba mucho delante de la portería. Después de los entrenamientos me quedaba con él y siempre le repetía: ‘mira el balón, frena y arma el disparo ante el portero’. Si miráis a Maradona, cuando chuta desacelera y mira la pelota porque ya sabe dónde está la portería. Desde que Cavani empezó a hacerlo así se convirtió en un goleador tremendo, marcaba de todos los colores. Le quise yo porque, cuando estaba en la Sampdoria, me enfrenté al Palermo y era capaz de presionar él solo a todos. Me impresionó: tenía una zancada brutal y se movía muchísimo. Marcaba poco y no convencía a todos. Le dije a Bigon que lo fichara y lo mismo al presidente, porque queríamos dar un paso más después del sexto puesto. Cavani llega al SSC Napoli porque lo pedí yo; ellos tenían en mente a otro que, para mí, en la Serie A habría sido como mucho el cuarto delantero".

¿Cuál es el ranking de sus mayores satisfacciones?
"¿La mayor, entre la Copa de Italia con el SSC Napoli, el récord de puntos con el Torino, la salvación con la Reggina o el ascenso a la Serie A con el Livorno? El eco de la plaza de Nápoles es enorme, te ven en todo el mundo. Ganamos a la Juventus y aquella victoria fue una apoteosis. Pero en Reggio fue como ganar un Scudetto, con 70.000 personas en la calle por esa permanencia. Pienso también en la Sampdoria y en el Livorno, mi casa. Ha habido muchas, de todos los tipos".

¿Quién es el mejor jugador que ha entrenado?
"En el libro le dedico un capítulo a Hamsik porque era el más completo. Pero pienso también en Cavani, Lavezzi o Lucarelli y Pazzini. Muchos chicos que me tienen cariño y a los que doy las gracias. Marek era un cerebro en el campo, ejecutaba al instante".

¿Y el más infravalorado?
"Campagnaro. Ahora se habla mucho del ‘central exterior’, pero nosotros ya estábamos adelantados: Campagnaro generaba superioridad numérica en fase ofensiva. Hoy se comenta mucho, pero nosotros ya lo hacíamos hace varios años".

¿Es cierto que Guardiola quiso aprender de usted?
"En mis años, el SSC Napoli practicaba un fútbol sencillo y bonito que hoy muchos, como Gasperini, han replicado. Los equipos que jugaban con línea de cuatro sufrían. Por eso Guardiola, que estudia muchísimo y es de los más grandes de siempre, nos invitó al Trofeo Joan Gamper para estudiar nuestro método de cerca. Al final del partido tomamos una copa en su despacho y charlamos, porque estaba muy intrigado".

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