El discurso convincente de Spalletti, pero hasta el parón solo cuentan los tres puntos

Luciano Spalletti fue, a mi juicio, protagonista de una rueda de prensa casi impecable en su presentación.
Con su estilo pausado de siempre, el nuevo técnico de la Juventus marcó desde el principio su impronta, dispuesto a explicarlo todo al detalle en cada asunto. A algunos les gustará, a otros no, pero lo cierto es que el preparador toscano acostumbra a ir al fondo de las cuestiones y no quedarse en la superficie.
Y lo mismo con la palabra Scudetto, que Spalletti no tuvo reparos en pronunciar. Que quede claro: el técnico de la Vecchia Signora subrayó que el objetivo es volver a meterse en la pelea por el Scudetto. Ni mucho menos dijo que la Juve vaya a ganarlo; habría sido, como mínimo, temerario. A la espera de lo que dicte el campo, sin embargo, no sonó a frase de compromiso.

Será también por la decepción tras la destitución al frente de la selección italiana, pero Spalletti llega con hambre de revancha y, habiendo firmado prácticamente en blanco, es comprensible que aspire a exprimir al máximo el proyecto. Si, como dijo, no creyera en este grupo, no habría aceptado un contrato temporal. En definitiva, la Juventus ha apostado por Spalletti y el técnico está convencido de que puede hacerlo bien.

Está claro que en este tramo de tres partidos en pocas fechas no se le puede pedir milagros: la Juventus se medirá al Cremonese, al Sporting de Portugal y al Torino, jugando prácticamente cada tres días entre activación, partido y recuperación. Hará falta, como mínimo, el próximo parón para pensar en algún ajuste táctico nuevo, pero mientras tanto será fundamental sumar, porque, como recalcó el ex técnico del SSC Napoli, primero están los resultados y luego ya habrá tiempo para hablar de lo demás.