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Tudor, destituido. Spalletti, en pole; también pujan Mancini y Palladino. La crisis de una Juve sin identidad, octava en la clasificación. Árbitros en graves apuros: que el VAR les ayude más, por encima del protocolo

Tudor, destituido. Spalletti, en pole; también pujan Mancini y Palladino. La crisis de una Juve sin identidad, octava en la clasificación. Árbitros en graves apuros: que el VAR les ayude más, por encima del protocoloTODOmercadoWEB.es
© foto de Federico De Luca
Hoy a las 16:06Editorial
Enzo Bucchioni

Tudor ya no es el entrenador de la Juventus. La decisión se tomó a última hora de la mañana, pero estaba cantada desde anoche tras la derrota ante la Lazio, y sobre todo por las dudas que ha transmitido el técnico: cambios constantes de sistema y de once incluso durante el mismo partido, dando la sensación de falta de claridad.
La tercera derrota consecutiva en una semana, cuatro partidos sin marcar, falta de personalidad e identidad... La deriva era evidente y el club intenta frenarla con esta decisión drástica.
En la Juve convivían dos corrientes: quienes querían darle a Tudor otra oportunidad, al menos hasta el parón de noviembre, y quienes apostaban por cambiar ya. Al final se impuso la vía expeditiva para taponar la hemorragia y volver a arrancar.
¿Quién será su sustituto?
Básicamente hay tres nombres en la terna.

En pole position está el ex seleccionador de Italia, Luciano Spalletti, con contactos intensos en marcha para cerrar un acuerdo. Siguen en la puja otro ex seleccionador como Roberto Mancini y un técnico emergente como Palladino.
Está claro que este último es el eslabón más débil. No tiene la experiencia ni el carisma necesarios: en este momento hace falta un entrenador más curtido, con mando, capaz de entrar en el vestuario con autoridad desde el primer día.
Por eso, todos los focos apuntan a Luciano Spalletti, al que Giuntoli ya quiso llevar a la Juve tras Allegri. Luego ya sabemos cómo terminó.
No es un problema de fácil solución: alguien como Palladino aceptaría ejercer de interino, como hizo Tudor en primavera; los otros dos piden un proyecto deportivo y un contrato largo para tener bases sólidas también en la relación con el grupo.
La decisión se tomará en las próximas horas. El miércoles, ante el Udinese, se sentará en el banquillo el técnico de la Juventus Next Gen, Massimo Brambilla.
La destitución de Tudor es enésimo fracaso de un club en crisis desde hace demasiado tiempo, lidiando con continuos cambios de directivos y de entrenadores. Tudor es el tercer técnico destituido consecutivamente en año y medio. Primero fue Allegri en la primavera de 2024, luego Thiago Motta el pasado marzo y ahora un entrenador siempre en la cuerda floja como Tudor.
Su continuidad tras el Mundial de Clubes de julio estuvo en el aire hasta el final, con penalizaciones de rescisión en el contrato que evidenciaban la escasa confianza de la dirigencia bianconera. Probablemente el coste excesivo de un técnico de primer nivel llevó a apostar por seguir con Tudor tras unos últimos meses de la temporada pasada que no entusiasmaron. Decisión errónea: el entrenador nunca tuvo demasiadas certezas a su alrededor.
Ahora, inevitablemente, toca plantearse una inversión fuerte en el banquillo. Y un técnico de peso se hace aún más necesario con una directiva debilitada.
Mientras tanto, peor que la Juve están los árbitros, que siguen fallando: en Nápoles, en Florencia... Anoche, Colombo no señaló la expulsión de McKennie en el Lazio-Juve; los bianconeri reclaman un penalti. En casi todos los campos veo colegiados dubitativos, casi asustados. Han perdido confianza. Algunos no dan la talla. El contexto externo, con la guerra interna que podría llevar pronto a los árbitros de Serie A y B a salir de la AIA, desde luego no ayuda.
¿Qué hacer?
El estamento arbitral es el que es; no hay varita mágica. Rocchi intenta dar salida a algunos jóvenes, pero hará falta tiempo.
Lo que más molesta es la disparidad de criterios en acciones aparentemente similares: penaltis casi idénticos que se conceden o no, revisiones del VAR a veces excesivas, otras inexistentes.
Si yo fuera el designador, vistas las dificultades y el mal momento de algunos árbitros, daría un consejo no exigido por el protocolo y políticamente incorrecto, pero lo daría: dejaos ayudar por el VAR. Quiero más revisiones en las jugadas más controvertidas, o simplemente una ayuda para que el árbitro tenga más tiempo para reflexionar viendo las imágenes. Sin invasiones de campo del árbitro del VAR de turno, solo para un análisis más sereno con un apoyo externo que ahora mismo me parece necesario.

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