Noruega se clasificará esta misma noche con una victoria. Italia, abonada a la repesca

Primero fue España. Desde el partido de Madrid, aquello fue un psicodrama. Gian Piero Ventura, hasta ese día, había hecho un gran trabajo, pero se presentó con un 4-2-4 ante una selección con uno de los mejores centros del campo de siempre y se llevó un 4-0 sin paliativos. Veinte años después —la última vez, rumbo a Francia 98— Italia volvió a la repesca, con la prisa y la ansiedad por arreglarlo todo. Y pasó lo que pasó: contra Suecia, derrota en la eliminatoria a doble partido, con un gol en propia puerta y un poco de mala suerte (pero no demasiada).

Luego, Suiza. Un equipo al que habíamos ganado sin discusión en la Eurocopa; en la fase de clasificación, empate en la ida y en la vuelta, con un penalti que atajó Sommer y otro que Jorginho mandó a las nubes. Dos fallos que devolvieron a Italia a ese estado de ansiedad que acabó en la derrota ante Macedonia del Norte, en un cruce que había que ganar pero con poquísimas certezas.

Ahora, Noruega. Porque si esta noche gana, se clasificará y enviará a Italia a la repesca por tercera vez. Quizá ahora la ansiedad se haya esfumado: Italia ya ha vivido dos Mundiales consecutivos como espectadora y, si llega un tercero, simplemente lo anotará como una de esas cosas que no deberían ocurrir.