Dzeko, líder pese a ser el último en llegar: radiografía de lo que le falta a la ACF Fiorentina

Primero la comparecencia pública tras el KO ante el AEK Atenas, después el megáfono en Bérgamo. Edin Dzeko ha asumido oficialmente el papel de abanderado en la ACF Fiorentina. El delantero bosnio, que el jueves, en caliente, había pedido más apoyo a la afición, ayer reiteró el mensaje cara a cara, quizá también para matizar aquellas palabras: "Os necesitamos", dijo a los presentes en la grada visitante de la New Balance Arena. Caras preocupadas y el fantasma del descenso aún lejano, pero que asusta de lo lindo tras un arranque de pesadilla.

Líder fuera del campo. En una Fiorentina que se ahoga y viene de un cambio en el banquillo —Paolo Vanoli, por cierto, ya tras la derrota con el AEK se alineó con el discurso de Dzeko—, llama la atención que quien asuma esa responsabilidad sea un futbolista que, al margen de su trayectoria, es relativamente 'marginal' en los equilibrios del conjunto viola. El ex AS Roma e Inter FC llegó en verano, en Serie A aún no ha marcado (dos goles en Conference League) y, sobre todo, no ha jugado demasiado: solo dos titularidades en Serie A y otras ocho saliendo desde el banquillo. En Bérgamo, de hecho, ni siquiera pisó el césped, salvo para ir, precisamente, a hablar con la afición.

La radiografía de lo que le falta a la ACF Fiorentina. Que sea Dzeko quien asuma ese papel, en fin, apunta a una ausencia capital en la temporada del equipo viola. Nadie discute ni su carrera ni la templanza del 'cisne de Sarajevo': criado entre bombas y que en el campo ha competido, de tú a tú, con y contra los mejores de los últimos veinte años, tiene todos los mimbres de líder, por supuesto. Pero sorprende que, en un equipo que viene de ser sexto y no especialmente dañado por grandes ventas, no se vean más. Empezando por el capitán: Luca Ranieri lleva el brazalete, pero ahora mismo significa muy poco. De Gea atesora una carrera incluso superior a la de Dzeko, pero no parece tener el mismo carisma. Los demás 'veteranos', de Mandragora a Marí, se han puesto a rebufo de Edin, el último en llegar. Para quien pelea por salvarse, con el cuchillo entre los dientes, la falta de liderazgo quizá sea el problema principal. Más difícil de resolver que cualquier limitación técnica.