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Juve: manda Yildiz. AC Milan: el zorro Allegri sabe cómo se hace. Inter FC: la ley del guepardo y ese punto de mala leche. SSC Napoli: McTominay es (siempre) la solución. Y la visión de futuro de Como y Bolonia

Juve: manda Yildiz. AC Milan: el zorro Allegri sabe cómo se hace. Inter FC: la ley del guepardo y ese punto de mala leche. SSC Napoli: McTominay es (siempre) la solución. Y la visión de futuro de Como y BoloniaTODOmercadoWEB.es
Hoy a las 00:00Editorial
Fabrizio Biasin

Como después de casi 20 años de columnas ya no sé qué inventarme, voy con la chorrada de asociar a cada equipo o a Fulano con un animal. ¿Que por qué? ¿Y por qué no?

El Inter FC es como el guepardo. Para comer tiene que correr como una bestia (mira tú). Normalmente es más rápido que sus presas y las caza. Pero si por lo que sea se le escapa al primer sprint, y quizá también al segundo, e incluso al tercero, el sprint se convierte en trote y entonces la presa puede burlarse del depredador. Traducido: el Inter necesita un plan B para una tendencia ya certificada; es casi siempre más “rápido” (léase: fuerte) que el rival, pero si no lo muerde a la primera se queda en ayunas. Desde el 22 de abril de 2024, día del vigésimo Scudetto, los nerazzurri no han ganado más duelos directos ante AC Milan, SSC Napoli y la Juve. Hablamos de 12 partidos. Los afrontó casi todos del mismo modo: jugando mejor, pero cayendo al primer golpe. El Inter debe ser más listo, aunque suponga volverse un punto más agresivo (propio de los grandes, por cierto). Y tiene que hacerlo ya: 4 derrotas en 12 partidos de Serie A no es ninguna broma.

El Como lo pintan como una cigarra fiestera y derrochadora y, sin embargo, es una hormiga que piensa en el futuro. El otro día marcaron los señores Addai (doblete con doble asistencia de Jesús Rodríguez), Jacobo Ramón (asistencia de Perrone), Paz (otra de Perrone) y Baturina. Estos chavales van de los 20 recién cumplidos de Jesús a los 22 de Baturina. ¿Para decir qué? Que en el Lario tienen pasta pero —más importante aún— saben gastarla bien. Apostar por jugadores de 20 años es pensar en el futuro, y “futuro” puede significar meterse en alguna competición europea. ¿La UEFA pondrá límites? No hay problema: el equipo ya está preparado. Se llama planificación y saber hacer fútbol y, créanme, su importancia va mucho más allá del músculo económico.

El Bolonia es como el pez dorado. Da vueltas en la pecera y, si fuera consciente de su condición, se volvería loco en un santiamén. Pero no: sigue tan orondo, vuelta tras vuelta, porque resetea su memoria en cada giro. En Bolonia siempre se repite: “Este año no podrá ir tan bien como el anterior”. Y sin embargo Sartori y los suyos no se asustan y cada curso encuentran soluciones aún más brillantes que las del pasado. No se acunan en el recuerdo: lo archivan y siguen. El alimento —de primera calidad— lo pone el míster Italiano, con una gran virtud: dar valor a cada futbolista. Debería ser el ABC de cualquier técnico top, pero está al alcance de muy pocos (él, seguro). Pelear por el Scudetto suena exagerado; meterse en la próxima Champions es una posibilidad sólida y extraordinaria.

El Cholo Simeone es como un loro. Cada vez que le preguntan a las puertas de un duelo con el Inter repite la misma cantinela: “Entrenaré al Inter FC”. Y se olvida de que cobra unos 34 millones brutos por temporada, una barbaridad. Así que más que un loro es un buen caradura, ese célebre y rarísimo mamífero argentino.

Allegri es un viejo zorro. En el buen sentido. Cuanto más dura es la batalla, más suele caer de su lado. Porque detecta los puntos débiles del rival, los estudia y te castiga. Max Allegri es muy bueno; hay quien dice que además tiene suerte y puede ser. Pero la suerte no elige al azar: va con quien sabe aprovecharla. El AC Milan en el derbi explotó su ocasión tal y como todos imaginaban: buena organización defensiva, resistencia y transiciones. Le bastó una. Los rossoneri tienen argumentos para pelear por el Scudetto hasta el final. Muchos dicen: “falta un ‘9’ top”. Quien firma cree que lo que necesitan es un defensa más.

Yildiz es una cebra. De esas raras y bellísimas que poblaban el vestuario de la Juve en sus años dorados y que ahora escasean. Entró y solucionó los problemas de la Vecchia Signora en Bodø tras una primera parte claramente por debajo. El turco venía de un tramo complicado y apareció en una noche importante. Jugadas de categoría, futbolista de categoría.

McTominay es una hiena. Otro jugador descomunal, iluminado. Y ni hace falta explicar por qué. En Mánchester, en el United, dejaron escapar un diamante.

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