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Verona, se acabaron las excusas. Zanetti sigue: hace falta una sacudida

Verona, se acabaron las excusas. Zanetti sigue: hace falta una sacudidaTODOmercadoWEB.es
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Hoy a las 08:15Serie A
Daniele Najjar

Si después de 12 jornadas eres colista, con el peor ataque y la segunda peor defensa, las excusas ya no valen. Paolo Zanetti lo sabe bien y nunca ha sido un técnico que se esconda en las coartadas. Sabe que no puede ser casualidad que llegue otra derrota tan surrealista, una más. En el Bentegodi se impuso un Parma con un espíritu más suelto que, sin hacer nada del otro mundo, fue superior a un Verona que volvió a hacerse daño solo. El porqué sigue siendo un misterio.

De jugada en jugada: ¿solo mala suerte?
El protagonista negativo esta vez fue el mejor jugador —en perspectiva y quizá ya ahora— del equipo, el brasileño Giovane, que tras una buena actuación y después de firmar un gol algo fortuito, habilitó involuntariamente a Pellegrino para el 1-2 definitivo. Tomemos al delantero llegado del Corinthians como ejemplo para entender que si hoy le toca a él, ayer les tocó a otros (por citar algunos: Orban, Fallou Cham, Montipò, Nelsson, Valentini...): cuando tantos episodios se tuercen y deciden partidos, el problema es más profundo.

Se ha hablado de la mala suerte, y con razón, tras partidos como el de la US Cremonese, que acabó 0-0 pese a un sinfín de ocasiones claras para los veroneses. Se volvió a hablar tras el 1-2 ante el Inter FC, cuando, tras un partido valiente, los veroneses se derrumbaron por un gol en propia puerta de Frese de lo más insólito. Hoy ya no toca hablar de eso: el equipo, de una forma u otra, no está siendo capaz de sacar los resultados. Se llegó a pensar que los puntos caerían casi como consecuencia directa del mérito. Pero el fútbol no funciona así.

Zanetti da la cara
Tampoco habló de mala suerte el técnico Paolo Zanetti, asumiendo toda la responsabilidad. ¿Demasiada? Por un lado, quizá sí, viendo de dónde viene su equipo y el presupuesto con el que se ha construido. Tiene en sus manos un grupo con muchos jóvenes en roles clave: Belghali, su sustituto Fallou, Giovane; y tampoco Orban, Valentini o Bella-Kotchap son precisamente veteranos. En algunas líneas el Verona incluso va sobrado de opciones (en defensa); en otras hay grietas: hasta ahí puede llegar el entrenador. Lo que más preocupa hoy es el aspecto mental. Y ahí sí le toca al técnico mantener encendido el fuego que se veía hace unas jornadas.

¿Sigue Zanetti? Sí, no se percibe un cambio de rumbo respecto a la confianza expresada hace unos días y reiterada ayer al propio interesado. Hace falta una sacudida, eso está claro. Le tocará al club reflexionar: ¿compensa de verdad cambiar el timón a mitad de camino? También sería tirar por la borda un proyecto alabado por muchos hasta ahora. No es lo mismo hacerlo con una plantilla armada a golpe de fichajes de jugadores hechos y derechos (como la ACF Fiorentina) que con un grupo totalmente nuevo e inexperto, en pleno proceso.

Zanetti parecía haber llegado mucho antes de lo previsto a tener el equipo que quería: muchos aplaudieron a un buen Verona, valiente y descarado. Ahora, sin embargo, la sensación es que todo corre el riesgo de diluirse por el miedo que aflora al mirar la clasificación: el balón quema más, sobre todo en un centro del campo que no puede prescindir de jugadores como Serdar y Suslov, bajas por lesión.

Sea con una concentración de la plantilla, con el mensaje adecuado o por otras vías, a Zanetti le toca la ardua tarea de quitarle ese miedo de encima a un equipo que, si no recupera ese descaro, se quedará con pocas armas para pelear por la salvación.

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