SSC Napoli, dulce víspera de Champions: Conte y el doble cambio, en la pizarra y en la cabeza

En la víspera del duelo de Champions League contra el Qarabag, el SSC Napoli llega con un mensaje contundente en Serie A. El 3-1 ante el Atalanta no solo le dio tres puntos clave, sino que, sobre todo, evidenció el regreso a un sello que en las últimas semanas parecía haberse esfumado: la intensidad. No se trata solo de correr, sino de agredir el partido con presión alta, verticalidad inmediata, juego directo y valentía creativa.

El cambio táctico, unido al mental
Ese es el verdadero punto de inflexión mostrado por el conjunto napolitano, más aún que el cambio al 3-4-2-1. La nueva estructura ayudó, claro, pero fue la mentalidad feroz del primer tiempo la que arrolló a un Atalanta incapaz de salir desde atrás. Recuperaciones en campo rival, presión sincronizada y ataques decididos a los espacios permitieron al Napoli "darse un festín" a campo abierto, mostrarse fluido, vivo y, por fin, dueño del contexto. Algo que, al margen de las decisiones de Palladino, habría sido difícil de sostener para cualquiera en la Serie A. Y también en Champions.

El nuevo Conte
Conte ha incidido en los hombres además de en el sistema: extremos de verdad, un centrocampista menos, defensa de tres casi obligada por las lesiones. Pero la respuesta fue nítida tanto en lo individual (bien Beukema, recuperado tras la suplencia en Eindhoven) como en lo colectivo. Y al final del partido, el técnico amplió enseguida el discurso: "Necesitaremos a todos". Un mensaje claro en la víspera europea. La plantilla sigue siendo amplia y competitiva: Neres ofrece una alternativa real a Politano, que así podrá descansar; Lang no es, ni mucho menos, un chico por hacer, sino un jugador con experiencia internacional. Señales que Conte llevaba tiempo esperando. Mañana, ante el Qarabag, hará falta continuidad. Pero el Napoli ha recuperado algo que vale más que un dibujo: la chispa.