Inter FC: derbi al rojo vivo y la alternativa a Dumfries. Ac Milan: derbi al rojo vivo y el efecto Rabiot. SSC Napoli: menos palabras de Conte, más ideas de Conte. Y el miedo de Italia…
Hay cosas que van más allá. Más allá de los resultados, más allá de las alegrías y las decepciones del césped. Más allá. Y sí, ahora hablaremos un poco de líos azzurri (pero poco) y antes dejadnos gritarlo a los cuatro vientos: ¡adiós parones de selecciones! ¡Adiós! Basta de parones, lesiones, Gibraltar y Andorra… ¡Nos vemos en marzo! Dan ganas de llorar de alegría (maldito parón).
Empezamos.
Italia ve la repesca como una condena. Y se entiende por qué. Pero no debería ser así. Antes era una humillación, el purgatorio para las grandes que no lo habían logrado por sus propios medios. Hoy ya no somos grandes. Somos pequeños, así de simple, y por eso demos las gracias a la repesca, esa oportunidad extra para quien no es “suficientemente” bueno. Los nuestros ya no son “suficientes” y de hecho hemos acabado segundos en un grupo en el que éramos… la segunda fuerza. Sin sorpresas: Noruega ahora mismo está un escalón por encima y cuanto antes lo asumamos, antes entenderemos dónde estamos y antes podremos aspirar a volver a un nivel de decencia mínima.
Así que basta de lloriqueos y gracias a la repesca, con la esperanza de tener suerte en el bombo de Zúrich (mañana, 13:00). El resto lo tiene que hacer la Azzurra, ellos mismos. Tienen una responsabilidad enorme por un hecho incontestable: no están a la altura de los gigantes, pero tampoco son tan flojos como para justificar quedarse fuera del Mundial. Repetimos: basta de llantos, de pedir criterios de clasificación más fáciles, de pedir preconcentraciones y preconvocatorias en marzo que sirven lo mismo que un cenicero en una moto; y, sobre todo, dejemos de tener miedo. El miedo es nuestro rival más grande y hay que combatirlo con un mínimo de valentía. Y la valentía no se compra en el supermercado.
Se acabó el parón, basta de parón, adiós parón. Vuelve la Serie A. Ahí van algunos apuntes del campeonato que regresa.
Conte ha sido el rey del parón, a su pesar. Bueno, a su pesar… Ha dicho y hecho de todo para salir en el escaparate y a estas alturas es inútil volver a tópicos manidos: es así, se consume, ahora ha regresado a Castel Volturno y ha empezado a poner orden (entre otras cosas porque la situación en liga y en Champions no es ni mucho menos tan dramática como algunos quieren hacer ver). Mejor hablar de otra cosa. De fútbol, por ejemplo. ¿Cómo jugarán los campeones de Italia sin De Bruyne y Anguissa? El campo debe volver al centro del debate, nada de balones a la grada al grito de “el equipo está muerto” y “no puedo hacer trasplantes de corazón”. ¿La sensación? En ausencia del camerunés, el técnico campeón de Italia apostará por un 4-3-3 con Elmas de interior y un equipo otra vez con muchísima personalidad. ¿El problema? El rival de turno, nada blando. La nueva Atalanta BC de Palladino, precisamente por “nueva”, aspira a sorprender. Se avecina un partidazo.
Y tenemos derbi, amigos. El Ac Milan recupera a Rabiot y no es poca cosa: hablamos —opinión personal— de una de las tres operaciones más relevantes del pasado verano. También lo piensa Allegri, estamos convencidos, porque con el francés puede devolver más equilibrio a las dos fases del diablo. Para entendernos, echad un ojo a la última media hora de Ac Milan-SSC Napoli, un concentrado de enorme oficio firmado por Adrien. Y luego está el ataque casi inédito Pulisic-Leao, el motivo real por el que el Inter FC no puede dormir tranquilo: no da referencias, se mueve por todo el frente, facilita las llegadas desde segunda línea… justo lo que suele incomodar a la zaga del Inter.
En el Inter FC, en cambio, toca encontrar soluciones a la baja de Dumfries, ausencia segura en la derecha. Todo apunta a que su sitio lo ocupará Carlos Augusto, un “casi titular” y comodín de gran fiabilidad en cualquier zona. El problema es que con él en el campo cuesta encontrar otros apagafuegos, con lo que eso implica a la hora de gestionar esfuerzos durante los 90 minutos. Aun así, el equipo está, llega en forma; solo falta ver si el parón ha frenado el gran proceso de crecimiento activado en el último mes por el míster Chivu.
PD. Desde que cierta crítica le dio la brasa a Jannik Sinner, de Sesto Pusteria, por cuestiones caprichosas y hasta pegajosas, el chaval ha triunfado en Viena, París y Turín. Ha barrido a todos, sobre todo a los sabelotodos de turno. Mientras tanto, medio mundo ha renunciado a la Davis exactamente como Jannik. Cada vez que le dan la tabarra, se hace aún más fuerte. No os paréis nunca.



