Sólida como una roca: la Roma se coloca líder con un 2-0 ante el Udinese sin pasar apuros
Éxito importante y merecido para la Roma, que, con un gol en cada tiempo, doblega al Udinese y se coloca en lo más alto de la clasificación. Los giallorossi se muestran rocosos, ceden la iniciativa solo en los últimos diez minutos y apenas conceden.
En los primeros 45 minutos, los giallorossi encadenan ocasión tras ocasión hasta el gol que abre la lata, fruto de una ligereza de Kamara: mano en el área y Lorenzo Pellegrini, desde los once metros, no perdona. Frío como el hielo el ex capitán de la Loba, autor de una actuación más que convincente. La Loba rozó el gol ya en el 20' con un cabezazo de Celik, que atacó el primer palo a centro de Wesley y se marchó por muy poco. Poco después, fue el propio Pellegrini quien lo intentó con otra testarazo, sin inquietar a Okoye. El meta nigeriano ni se movió ante el disparo de Cristante desde la frontal, pero el palo le salvó. Poco antes del descanso llegó la acción, clave hasta entonces, del penalti, mientras Gasperini se veía obligado a cambiar a Dovbyk, KO por lesión: entró Baldanzi.
Tras la reanudación, la Roma volvió a mandar en el Olímpico y, con Zeki Celik, puso el 2-0: el lateral tiró la pared con Mancini y fusiló a Okoye para el segundo de los de Gasperini. El Udinese no logra reaccionar y la Roma tiene el partido bajo control, al menos hasta la pifia de Ndicka: el central realizó un cambio de juego suicida que dejó a Zaniolo mano a mano con Svilar, pero el guardameta firmó un paradón que tranquilizó a la grada giallorossa. La última emoción antes del pitido final fue un derechazo cruzado de Atta, ya en pleno descuento, que se estrelló en el palo con el portero batido. Gasperini puede sonreír: la Roma gana y, pese a bajas muy sensibles, firma una demostración de solidez impresionante.



