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Leao impulsa al AC Milan. Rossoneri de Allegri: carácter y contragolpe. AS Roma, verde; Maignan detiene el penalti, fiasco de Dybala. Susto para el Inter FC. Apretón por el Scudetto. Pioli, out

Leao impulsa al AC Milan. Rossoneri de Allegri: carácter y contragolpe. AS Roma, verde; Maignan detiene el penalti, fiasco de Dybala. Susto para el Inter FC. Apretón por el Scudetto. Pioli, outTODOmercadoWEB.es
© foto di Federico De Luca
Oggi alle 08:00Editorial
Enzo Bucchioni

Leao, otra vez Leao, Leao en estado puro. El portugués rompe y desgarra la defensa de la AS Roma; el contragolpe del AC Milan se agiganta con las galopadas de un futbolista discutido y discutible, pero que en noches como la de ayer es «como un ciervo que sale del bosque», como diría Boskov.
Leao abrió el campo en el gol de Pavlovic, pero tuvo más, pudo y debió marcar en varias. Aun así, se echó al AC Milan a la espalda, como debería hacer siempre y cada vez hace más. No es un juego de palabras. Si Allegri consigue darle continuidad a Leao será una obra maestra suya; da la sensación de que ya va por ese camino, con la certeza de que el sueño del scudetto pasa sí o sí por su magia, su inspiración y sus botas. Leao y Maignan, gran atacante y gran portero: la fórmula mágica de Allegri.
El AC Milan también sufrió; hubo varios partidos dentro del mismo. Y precisamente el carácter, las ganas de resistir, además de Leao, son lo mejor del triunfo rossonero. En los primeros cuarenta minutos, hasta el gol, la AS Roma dominó, con Dybala y Soulé abiertos, las llegadas de Cristante y no solo, presión e intensidad; el AC Milan se tambaleó. El contragolpe de Leao y la ventaja transformaron a los rossoneri; al inicio de la segunda parte, con la AS Roma contra las cuerdas, llegaron al menos tres ocasiones clarísimas y un tiro al palo. Luego llegó la reacción final de los giallorossi y el AC Milan volvió a la versión de sufrimiento puro, hasta el penalti mal ejecutado por un Dybala apagado e impreciso, bien detenido por Maignan.
Quizá el empate habría sido más justo, pero de partidos como este los equipos salen reforzados; en choques así se aprecia el trabajo de Allegri en la cabeza de los jugadores, en la solidez del grupo, antes incluso que en la pizarra. El AC Milan no sabía ganar este tipo de encuentros; ahora los convierte en un valor. Tras los últimos duelos sufridos, con las bajas de futbolistas insustituibles como Pulisic y Rabiot, los rossoneri sacaron carácter en la prueba más difícil.
Una buena señal para todo el campeonato, por el scudetto y por la zona Champions, obviamente. De las primeras diez jornadas nos llevamos la sensación de que será una temporada muy incierta, sin un equipo capaz de mandar de forma sostenida en la clasificación. Los de arriba tienen virtudes, defectos y problemas que les llevan a una montaña rusa de rendimiento, incluso de un partido a otro. La AS Roma, por ejemplo, está estudiando el manual gasperiniano, pero ha perdido su segundo duelo directo tras el de con el Inter FC. Eso significa que le falta saber leer los momentos y también el hábito de vivir ahí arriba.
El Inter FC por momentos practica un gran fútbol y tiene una facilidad para generar juego y ocasiones que nadie más posee, pero a veces no cierra los partidos como ayer y al final sufre. Carácter no le falta, pero las rotaciones de Chivu, necesarias y lógicas pensando en los recursos para la fase decisiva del curso, hoy parecen restarle alguna certeza. También el SSC Napoli se deja algo por los demasiados contratiempos físicos y por la adaptación a las exigencias de la Champions.
Será un campeonato incierto, lo repito. Y esa incertidumbre puede echarle una mano a la Juve, que ahora tiene un timón más firme, con más personalidad. También Spalletti tendrá que lidiar con una plantilla imperfecta, pero él sabe hacer crecer a los jugadores, motivar y encontrar nuevas posiciones y nuevos roles, como hizo el sábado con Koopmeiners, para exprimir a todos al máximo.
Las plazas Champions girarán entre los cuatro primeros de hoy y la Juve: hagamos una profecía. Con proyectos interesantes en crecimiento alrededor llamados Como y Bolonia.
En caída libre, en cambio, la ACF Fiorentina, penúltima y que podría convertirse en colista si esta noche el Génova no pierde. Cuatro puntos y ni una victoria en diez jornadas, la última, la derrota en casa ante el Lecce: un arranque así no lo salva ni Guardiola. Si la Fiorentina tuviera una directiva capaz de decidir, Pioli habría debido ser destituido al pitido final de ayer. Incluso antes. El vacío de poder por la ausencia forzada de Commisso por graves motivos personales y la dimisión de Pradè ahora es enorme. ¿Quién evalúa? ¿Quién decide? El despido de Pioli parece en todo caso cantado, aunque el cese cuesta una cifra desorbitada, vistos los tres millones anuales por tres temporadas. Pero la Fiorentina, en concentración punitiva en el Viola Park, a la espera de colocar en el club a alguien de fútbol, podría quedar desde hoy en manos del entrenador del Primavera, Galloppa, para el partido de Conference League del jueves y la cita por la salvación del domingo ante el Génova.
A la espera del parón de selecciones, útil para reflexionar y decidir quién será el nuevo director deportivo, que a su vez deberá elegir a un nuevo entrenador. Vanoli está en pole, pero antes se espera la salida de Pioli. Dar sentido a lo que hace hoy la Fiorentina es prácticamente imposible.

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