Atalanta, Palladino y la 'jerarquía siempre sudada' para reconstruir la columna vertebral
Palladino en Zingonia es un poco como Goku en la Sala del Espíritu y del Tiempo: objetivo, sacar la mejor versión de su Atalanta, aunque un día de entrenamiento en el Centro Bortolotti de Zingonia no equivale a un año como en el universo del anime. La Dea tiene que trabajar —y mucho— para reconstruir un equipo con la mentalidad adecuada, tomando como punto de partida la segunda parte en Nápoles. Es cierto que se ha hablado muchas veces de momentos bisagra y que muchos de ellos se cerraron con la anterior gestión, pero con Palladino es como empezar de cero: preparación física, método de trabajo y, sobre todo, una Atalanta que necesita jerarquías tan sólidas como útiles para la causa, pase lo que pase.
En cinco meses, Atalanta ha sufrido una cadena de cambios en el once: desde un sinfín de lesiones hasta una gestión de la plantilla muy criticada. Raffaele Palladino tendrá que construir su once titular, además de contar con varios comodines (que la Dea tiene), y ahí aflorará otro aspecto ligado a las jerarquías. ¿Banderas? ¿Jugadores que han hecho historia en el Atalanta? ¿Jóvenes? ¿Nuevos fichajes? Palladino deberá llevar a la práctica lo que dijo en rueda de prensa: no casarse con nadie y basarse principalmente en el criterio técnico (como ya lo hizo un técnico de su quinta en 2016).
Claro, también hacen falta experiencia y liderazgo, pero si hay algo que Atalanta debe exprimir al máximo son esos futbolistas no solo adecuados al libreto de Raffaele, sino con el hambre y la determinación necesarias para llevar a la Dea arriba. ¿Ederson está apagado? Juega Brescianini. ¿Lookman no carbura? Minutos para Samardzic y Sulemana. ¿La vieja guardia necesita descansar? Entra el que esté más fresco. En pocas palabras: juega quien esté en forma y decidido. Muchos en este equipo tienen talento y ya han hecho historia en el Atalanta. Sin embargo, para volver a meterse en la pelea hay que rendir al máximo: hay que hacer piña, pero el concepto 'La jerarquía siempre sudada' es incuestionable, incluso tomando decisiones valientes (siempre por el bien del propio Atalanta).



