A esta Fiorentina le hace falta alguien como Paolo Maldini. Quizá el propio Paolo Maldini
La ACF Fiorentina está en un callejón sin salida. Tras años de altibajos —entre Vincenzo Italiano y Raffaele Palladino—, la situación va a peor. Tras la salida del director deportivo Daniele Pradè, el terremoto no ha traído cambios de calado. Después del partido contra el Lecce se activó oficialmente el comité de crisis. Stefano Pioli está valorando en estos momentos la rescisión de su contrato —le han ofrecido un año, pero tiene vínculo por dos temporadas más, más allá de 2026, así que tocará negociar—, mientras la propiedad no habla desde abril.
Más que un director deportivo, haría falta un perfil de altísimo nivel. Porque, aunque es cierto que Roberto Goretti apenas ha tenido margen para influir (como Burdisso, por cierto), sigue siendo un director deportivo con licencia. En el club, ahora mismo, no se sabe quién decide. Devolver a la afición un referente permitiría encauzar, llegado el caso, las polémicas. Y también los aplausos.
Puede que no sea suficiente. Pero un Paolo Maldini tendría la talla para ese rol. Alguien que da la cara y que quiere volver al fútbol, aunque ha repetido varias veces que no desea otra cosa que regresar al AC Milan. Pero hace falta una figura de ese calado para sofocar los problemas que están aflorando. La Juventus, con Spalletti, ha optado por un técnico de peso. En Florencia quizá no baste.



