La segunda expulsión en pocos partidos le sale cara al Parma. Y además hay dos lesiones

Noche aciaga la que vivió el Parma anoche. Y eso que el derbi ante el Bolonia no pudo empezar mejor: a los doce segundos del pitido inicial, el equipo de Carlos Cuesta encontró el camino del gol con un fogonazo de Bernabé, listo para aprovechar una pseudoasistencia de Benedyczak (la segunda en los dos últimos partidos) y batir a Skorupski al primer intento. Luego, sin embargo, el partido se torció por una cadena de episodios negativos: primero, la lesión de Nahuel Estevez, obligado a retirarse poco después del minuto veinte. Después, el lance que cambió la inercia del choque: Ordonez vio dos amarillas evitables y, en apenas media hora, dejó a los suyos con diez a falta de casi una hora.

Algo similar a lo de Ndiaye en Génova, expulsado en pleno primer tiempo y complicando la tarea a sus compañeros. Solo que esta vez la entidad del rival, el Bolonia, hizo el duelo aún más cuesta arriba para el conjunto parmesano que, eso sí, se defendió bien y salió con buen pie tras el descanso. Y eso pese a otra baja capital: Alessandro Circati, sustituido también en la primera parte por un esguince de tobillo tras un choque. Con todo, la inferioridad numérica acabó pesando: el Bolonia supo capitalizar su dominio tras la reanudación, aunque en una acción enmarañada. Suzuki y Keita no se entendieron en el área, hubo una serie de rechaces y, al final, Castro estuvo rapidísimo para golpear con fuerza y mandar a la red.

Sobre la expulsión: no hay duda de que fue una ingenuidad por parte de Ordonez. El jugador fue consciente al instante y se marchó muy frustrado. Pero ese error condicionó inevitablemente a todo el equipo, más aún frente a un Bolonia que impuso su superioridad técnica. La intensa lluvia que cayó tras el descanso sobre el Tardini dio alas durante un rato al Parma, que pareció poder aprovechar el campo pesado para poner la directa y volver a ponerse por delante: clara la ocasión que cayó en las botas de Benedyczak, pero no logró encontrar portería ante Skorupski. Pocos minutos después, el Bolonia encontró el gol de la remontada, quizá con algo de fortuna, y a partir de ahí el Parma lo intentó con todo, pero no consiguió abrir la zaga boloñesa.

Un derbi emiliano para pasar página, por tanto, con muchos puntos negativos pero también alguno positivo para el Parma, que ya se prepara para recibir al Ac Milan en la próxima jornada de Liga. Un partido que para los parmesanos estará inevitablemente condicionada por las bajas: segura la de Ordonez, tras la roja; dudosas las de Circati y Estevez. El australiano se retiró por un esguince en el tobillo derecho; el argentino sufre unas molestias en el aductor derecho. En cualquier caso, el alcance de ambas lesiones no está claro y se reevaluará en los próximos días. A estos contratiempos se suman las ausencias ya conocidas: Ondrejka y Oristanio no volverán antes del parón, mientras que aún no está claro el estado de Valeri, sobre el que se filtra un ligero optimismo, aunque habrá que ver qué depara la semana de entrenamientos. Semana clave, por tanto, para saber con quién podrá contar Carlos Cuesta frente al Ac Milan, otro hueso duro para el Parma, que deberá ir a por todas y apoyarse en el empuje del Tardini.