El efecto Spalletti brilla por su ausencia. Para esta Juventus, acabar cuarta sería toda una hazaña
La Juventus no está ni mucho menos recuperada. Esa empatitis que durante buena parte del primer tramo de temporada bianconera, y que en la práctica ha sentenciado el futuro de Igor Tudor, sigue ahí, a la vista de todos. Tras el empate en la Champions ante el Sporting CP y el del derbi con el Torino, llegó también el 1-1 frente a una Fiorentina que, sí, dejó algún tímido síntoma de reacción, pero continúa colista y lastrada por miedos y límites mentales.
El duelo del Franchi se había puesto de cara tras un primer tiempo disputado y con buena intensidad: el gol de Kostic al filo del descanso podía haber dejado tocado a un equipo en la situación de la Fiorentina. Pero, paradójicamente, ocurrió lo contrario. Tras el descanso, el equipo de Luciano Spalletti salió con el pie cambiado, sin hambre ni coraje. De ahí nació el gol del empate viola. Y en la última media hora de partido no se vio ni la intención ni los recursos para ir a por los tres puntos.
Un escenario que obliga a Luciano Spalletti a una reflexión profunda y a buscar contramedidas. Porque, si bien quedan 26 jornadas y 78 puntos en juego, también es evidente que, en una liga tan competitiva, a esta Juventus no le alcanza para meterse en la Champions League.



