¿Presión alta o espera? Chivu desafía a Allegri: el derbi también se juega en el banquillo
El domingo por la noche, el derbi regalará otra página de historia. El destino de Inter FC y AC Milan vuelve este año a cruzarse con el del título tras aquella recta final de 2022 culminada con la alegría rossonera en la última jornada. Todavía no es el epílogo, pero tanto Chivu como Allegri saben que pueden llevar el barco a buen puerto rumbo al campeonato. El mar de la Serie A está agitado y tenso, como el ambiente que se vivirá en San Siro. Una caldera en pleno frío que envolverá Milán durante el fin de semana. Y, más allá de los duelos ya anunciados sobre el césped, muchas miradas apuntarán a los banquillos en el Derbi della Madonnina.
Chivu, entre la presión y la espera
"¿Cómo puedo influir en el equipo? Con sentido común, agresividad, cabreo y sonrisas. Preparar a los jugadores para el próximo rival. Intentaré entenderles, prepararles. A veces se olvida que tratamos con personas y hombres que tienen problemas como todos". Fue el pasado 28 de julio cuando Cristian Chivu pronunció estas palabras en la rueda de prensa de presentación de la temporada en Appiano Gentile. Un manifiesto de sensibilidad y liderazgo que ha llevado al Inter FC hasta la cima de la tabla y a un pleno en la Champions League. Más allá del factor emocional, está el césped: el equipo sigue buscando su propia identidad y un equilibrio distinto al de la era Simone Inzaghi. El Inter de Chivu es un equipo vertical y hambriento, pero no siempre ha mostrado su mejor versión, sobre todo en los duelos directos. No por actitud, sino por falta de pegada y alguna que otra desconexión. Uno de los temas del derbi será el plan que Chivu quiera imprimir al partido: presión alta o repliegue. Frente al AC Milan de Allegri eso lo cambia todo. Pero con la vuelta de piezas clave como Marcus Thuram, cuesta pensar que el técnico rumano vaya a replegar velas.
Las sombras de Pulisic y Leao, defensa bajo presión
No es solo una cuestión de libreto, también de intérpretes. El domingo habrá duelos de quilates en todas las zonas del campo. Ya no veremos el cruce afilado entre Dumfries y Theo Hernández, pero solo el cara a cara en la sala de máquinas entre Modric y Calhanoglu ya corta la respiración. Cristian Chivu, eso sí, quiere ajustar sobre todo la defensa, que, con toda probabilidad, tendrá que lidiar con la dupla de velocistas Pulisic y Leao. La zaga nerazzurra siempre ha sufrido ante delanteros veloces. Ya pasó contra la Juventus, con Yildiz moviéndose sin dar referencias, y aún más con el ataque liviano y móvil propuesto por Antonio Conte en el Maradona, cuando el SSC Napoli arrolló 3-1 al Inter. Pocos puntos de referencia y líneas que se abren para las llegadas de los centrocampistas. Todo, a base de transiciones vertiginosas. Ese es el mayor peligro para la retaguardia del Inter, ante un AC Milan bien guiado por un viejo zorro del banquillo.



