Otra victoria, pero para la repesca hará falta una Italia muy distinta: 0-2 a Moldavia, decidido en el último suspiro

La Selección italiana firmó esta noche su sexta victoria consecutiva tras la derrota de Oslo. En Chisináu, la Italia de Gennaro Gattuso se impuso 0-2 a la anfitriona Moldavia, un triunfo ni mucho menos cómodo, fraguado con el gol de Gianluca Mancini a tres del final y el de Pio Esposito en pleno añadido. Es un éxito con el vaso medio vacío porque este 4-4-2 súper ofensivo que debía producir muchos goles no cumplió con su cometido y no convenció. Al final ganó, sí, pero es una victoria con poco brillo. Además, tras esta noche, Italia sabe que ni siquiera el séptimo triunfo seguido le bastará para evitar la repesca. Todo se decidirá a finales de marzo: queda condenada a vivir en vilo los próximos 132 días y a jugarse el pase en los cinco siguientes. El 3-0 encajado en Noruega, en su primer partido de la fase de clasificación para la Copa del Mundo 2026, ya la dejó el pasado 6 de junio anclada al segundo puesto del grupo I.

Tras los partidos de hoy, la brecha en la diferencia de goles entre las dos primeras del grupo I volvió a ampliarse. Antes del triunfo italiano, llegó el de Noruega: doblete de Sorloth, otros dos de Haaland, 4-1 a Estonia y fiesta para blindar su presencia en la Copa del Mundo 28 años después. La certificación matemática del liderato noruego llegará el domingo por la noche en San Siro; realmente sólo falta el sello. Para dar la vuelta a la diferencia de goles, dentro de tres días Italia tendría que ganar el duelo directo por nueve tantos de diferencia. Pura ciencia ficción.

El partido dejó un Moldavia-Italia mucho más equilibrado de lo previsto. Si desde el punto de vista del juego la Italia de Gattuso llevó la iniciativa de principio a fin, en el marcador el duelo del Stadionul Zimbru contó un 0-0 que aguantó hasta tres minutos del 90'. En la primera parte, el equipo de Gattuso remató trece veces, tuvo el 73% de posesión y lanzó diez córners por ninguno de Moldavia. Tras el descanso, la Azzurra se desinfló, con un ritmo demasiado lento. Se reactivó sólo con los cambios y, en el tramo final, llegaron también los tres puntos: un centro de Dimarco permitió al central de la AS Roma firmar el 0-1 en el 87', y Pio Esposito hizo el 0-2 definitivo en el segundo de los seis minutos de añadido.

Dentro de tres días, Italia volverá a escena en San Siro ante Noruega para volver a probar el 3-5-2. En una semana conocerá a los rivales que se interpondrán entre ella y el Mundial a finales de marzo. La certeza es que para entonces necesitará una selección mejor que esta si no quiere encadenar un tercer fracaso clasificatorio. Sería un auténtico desastre.