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Gattuso y Italia dicen adiós a Valente: ya es de Países Bajos. ¿Qué nos hemos perdido?

Gattuso y Italia dicen adiós a Valente: ya es de Países Bajos. ¿Qué nos hemos perdido?
Hoy a las 14:45Serie A
Gaetano Mocciaro

Adiós, Italia. Luciano Valente ha sido convocado por la selección de Países Bajos. Ronald Koeman despeja dudas y se lo lleva; los números no engañan: llegado del modesto FC Groningen, se ha adueñado de la medular del Feyenoord, líder de la Eredivisie.

En el 4-3-3 de Robin van Persie puede actuar tanto de mediocentro como de mediapunta; hasta ahora suma un gol y dos asistencias. La grada de Róterdam ya le ha adoptado y durante un partido llegó incluso a aparecer una bandera italiana que lo retrataba vestido de pizzero llevando un plato, que no era otra cosa que el trofeo destinado a los campeones de la Eredivisie. Todo rematado con la leyenda "Pizza Valente".

No fue casualidad, no solo por los orígenes de Luciano, sino porque su padre, Roberto, fue durante años propietario y gestor de un restaurante en Países Bajos, en Haren, una localidad de la provincia de Groninga a la que se mudó en 1992. Papá Roberto transmitió a sus hijos Riccardo, Lorenzo y Luciano el amor por el fútbol y por la SS Lazio. También probó fortuna como futbolista, vistiendo las camisetas de Siena y Maceratese. Actuaba de lateral y llegó incluso a medirse a Diego Armando Maradona en un amistoso, en el primer año del Pibe de Oro en Italia, en 1984. Hay incluso un vídeo de archivo que lo inmortaliza con el dorsal 17.

Que Luciano Valente apuntaba alto quedó claro cuando dejó el FC Groningen, el club en el que creció: su traspaso, por 7 millones de euros, fue el más lucrativo de la historia del club. Arjen Robben, por citar al producto más famoso de la cantera blanquiverde, se marchó por menos al PSV Eindhoven. Y en Groninga, cuando volvió como rival, lo recibieron como a un rey: vuelta de honor y ovación cerrada.

Italia sigue en el corazón de Luciano; en casa habla italiano con su padre y neerlandés con su madre. En Eurocopas o Mundiales, la familia se divide entre Países Bajos e Italia: en 2012, por ejemplo, el pequeño Luciano veía los partidos de la Oranje vestido de naranja de pies a cabeza y luego los de Italia con un enorme sombrero tricolor.

Y Italia se fijó en él, tanto que Carmine Nunziata lo llamó hace cuatro años para la Sub-19 y, después, para la Sub-20. El cambio llegó en marzo, con Michael Reiziger (¿lo recuerdan? los aficionados del AC Milan desde luego no con entusiasmo) llamándole para la Sub-21. Y con los jóvenes oranje, el boom: 8 partidos, 4 goles y un Europeo de la categoría como protagonista. Ronald Koeman olfateó el talento y decidió atarlo a Países Bajos de forma definitiva. Al menos en lo futbolístico. El corazón, ese, sigue siendo medio italiano.

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