Conceição de nueve, Yildiz de espaldas a portería, tres filosofías en 90’: Spalletti prueba demasiado y la Juve no carbura

Si se mira bien, Luciano Spalletti lo dijo todo. Antes del duelo ante el SSC Napoli, el técnico de la Juventus FC había definido la del Maradona como «un partido que puede decir mucho del futuro de nuestra liga». Después de perderlo, admitió: «Se prueban cosas para tener un conocimiento mayor». En el Maradona, el entrenador de Certaldo, llegado a mitad de una temporada complicada y sin Dusan Vlahovic —sobre cuyas espaldas había sustentado su proyecto ofensivo—, tiró de ensayo y error. Resultado: cayó ante Conte, y además jugando bastante mal.

Cuántas decisiones poco convincentes. La más evidente: el experimento de Kenan Yildiz como falso nueve, teniendo en la plantilla dos ‘9’ de verdad como David y Openda. Luego Spalletti metió a ambos, quitó al turco para colocar a Openda de extremo: contraintuitivo. En medio, Francisco Conceição: perfecto como revulsivo, como titular no siempre funciona. Sobre todo si lo utilizan como delantero más o menos puro y no como extremo. Mientras, Edon Zhegrova recibe elogios a raudales y se queda en el banquillo. En realidad, en Nápoles la Juve cambió al menos tres veces su manera de plantarse en el campo y, quizá no por casualidad, jugó un pelín mejor cuando David ocupó la punta y Yildiz actuó en su demarcación más habitual.

Spalletti busca alquimias, incluso en las soluciones menos probables. Tiene mil atenuantes, claro: poco tiempo y también las lesiones, no solo la de Vlahovic. En defensa faltan varios hombres y, básicamente, todos los perfiles indispensables para una línea de cuatro: la pareja Kalulu-Kelly dejaría muchas dudas y, además, se echaría por tierra el intento de revitalizar a Koopmeiners. Entre la medular y el ataque, sin embargo, da la impresión de que se repite, al menos en parte, la película de la última Eurocopa con la selección italiana; paradójicamente, porque en Turín Spalletti intenta forzar un sistema casi nunca utilizado en su carrera —justo lo contrario de lo que hizo con la Azzurra— en lugar de «rendirse» a lo que le pide esta plantilla bianconera por cómo está construida (con sus incongruencias). Con algún experimento menos.