Allegri desempolva el cortomuso: un Ac Milan poco vistoso, pero perfecto para las grandes citas
“Para mí, el espectáculo está en el circo”. Nada de traje de gala: en la noche más esperada, el Ac Milan de Massimiliano Allegri, que en este campeonato por momentos ha demostrado saber divertir, se pone el mono de trabajo. Con Rabiot recuperado, el livornés desempolva el cortomuso y se lleva a casa el primer derbi desde que San Siro es cosa de los dos clubes milaneses.
Ante un Inter FC chispeante pero frenado por un porterazo —y por la noche torcida del ex más esperado en el Meazza—, el Ac Milan es poco vistoso: el proyecto táctico Leao-Pulisic puede ser interesante, pero a los rossoneri, a la larga, les falta toda una dimensión, la verticalidad que también dictan los movimientos de un ‘9’ de verdad. A fogonazos, una pareja así puede funcionar y, en una noche de este calibre, eso marca la diferencia: las individualidades, la religión históricamente predicada por el conde Max.
Sin caretas, como en otras ocasiones. En esta Serie A, el Ac Milan de Allegri ha doblegado a la AS Roma de Gasperini y al SSC Napoli de Conte, y ahora también al Inter FC de Chivu. Son tres indicios que quizá ya sean prueba. No es casualidad que las tres victorias hayan llegado por la mínima, como tantas veces se deciden los partidos grandes. Esos en los que basta con levantar un muro atrás: no hace falta ganar por mucho. Los que, potencialmente, deciden los campeonatos. En ese sentido, al Ac Milan aún le quedan pasos por dar, pero en los partidos contra los pequeños: se han escapado demasiados puntos ante Cremonese, Pisa y Parma. Pero contra los grandes se confirma grande y puede marcar la diferencia. Todo lo contrario para el propio Chivu: tras Conte, ahora Allegri le devuelve a la escuela de los viejos maestros de esta Serie A.



