Celtic, arranque de pesadilla para Nancy: tercera derrota consecutiva, el St Mirren conquista la Copa de la Liga escocesa

La tercera derrota en tres partidos con Wilfried Nancy al mando ha devuelto al Celtic a la crisis, después del paréntesis feliz con Martin O’Neill, que había recuperado resultados e ilusión. Un desastre que retrata una temporada hasta ahora decepcionante, con muchas decisiones poco claras.

Existe, al menos en teoría, un escenario en el que Nancy logra enderezar el rumbo. Pero hoy se antoja lejano. En el día más glorioso de los 148 años del St Mirren, con la merecida conquista de la Copa de la Liga escocesa gracias al 3-1 final del partido de ayer, la sensación dominante fue la alarmante fragilidad de los verdes y blancos.

El club pasó página despidiéndose de entrenadores del calibre de Brendan Rodgers y Martin O’Neill, técnicos habituados a este contexto, para apostar por un proyecto que ya emite numerosas señales de alarma. Pesa la inexperiencia de Nancy (hasta ahora solo entrenador en la MLS), y también pesa una directiva percibida como distante y poco responsable. La falta de ambición en el mercado, después de los avances en Europa, alimentó la frustración de la afición y desembocó en la salida de Rodgers. El vacío de liderazgo es evidente.

Nancy no es el único culpable, pero tampoco es inocente. Su apuesta obstinada por la defensa de tres ha dejado al descubierto las carencias estructurales de la plantilla: faltan carrileros idóneos y el equilibrio defensivo se ha roto. Ocho goles encajados en tres encuentros y tres derrotas son un veredicto contundente. Además, su comunicación, confusa y poco incisiva, amenaza con minar aún más la confianza del vestuario. En cambio, el St Mirren vivió un día de ensueño: Stephen Robinson preparó y leyó la final a la perfección, superando con claridad a su colega. Tras el gol relámpago inicial y el empate momentáneo de Hatate, el Celtic se desvaneció en la reanudación. Ayunga castigó cada error, mientras Schmeichel se mostró dubitativo. Hace apenas unos meses los verdes y blancos rozaron la machada ante el Bayern; hoy quedan arrollados por una realidad mucho más modesta. Un batacazo que hace ruido y abre interrogantes de calado sobre el futuro del Celtic.