El grito de Samardzic en el 90’: el Atalanta asalta el Vélodrome y vuelve a ganar
Victoria sufrida y casi inesperada para el Atalanta, por cómo se había puesto la noche en el Vélodrome. Entre ocasiones desperdiciadas, goles anulados y mala fortuna, el partido parecía encaminado al enésimo empate al que los hombres de Juric nos tienen acostumbrados. En el tramo final, sin embargo, la suerte cayó del lado correcto y quién sabe si no será el punto de inflexión.
Atalanta saltó al césped con personalidad y mandó durante los primeros 20’: el choque pudo romperse antes del cuarto de hora, cuando Rulli derriba a Krstovic en el área. Desde los once metros, De Ketelaere busca el lado derecho del portero, que adivina y desvía a córner. El Marsella levantó la cabeza en la segunda parte del primer tiempo, iluminado por los destellos de Greenwood, y asustó a Carnesecchi con Aubameyang, cuyo remate, desviado por Kossounou, obligó al guardameta a una gran intervención.
Juric intentó dar más calidad a la sala de máquinas, quitando a un De Roon que no estaba al 100% y metiendo a Mario Pasalic. El equilibrio parecía romperse cuando, en una contra fulgurante, Bellanova puso un centro magnífico que Lookman empujó a la red. Pero un fuera de juego de Krstovic hizo que el tanto fuera anulado. El encuentro parecía condenado al enésimo empate, si no a la desgracia, cuando en un control torpe Ederson se golpeó el balón en el brazo. La acción siguió y se cerró con un golazo con rosca de Samarzic, para incredulidad y rabia de la afición y de los jugadores locales: se acabó la maldición, tras seis partidos sin ganar llega un triunfo de muchísimo peso en uno de los campos más difíciles de Europa. La hazaña está hecha y la clasificación, al menos para el playoff, está más cerca.



