“Dybala, si está bien, juega siempre”. Clásico Gasp: ahora espera refuerzos en ataque

“Dybala, si está bien, juega siempre. La AS Roma no tiene otros jugadores de este nivel”. Gian Piero Gasperini lo dice alto y claro, como siempre. Si Paulo Dybala está, se queda en el campo. Incluso cuando, como ocurrió ayer ante el Genoa, el encuentro ya estaba sentenciado y cada entrada sobre la Joya pone en vilo a la afición giallorossa, que teme —como casi todos— su falta de continuidad física. Más allá de las decisiones de campo, es una estrategia de comunicación muy calculada que tiene la otra cara de la moneda en otro jugador de la AS Roma.

Ferguson, un gol no basta. El triunfo frente al Genoa también dejó el reencuentro con el gol de Evan Ferguson que, a diferencia de Dybala, sí fue sustituido por Dovbyk. Sobre el irlandés, Gasp ha dicho de todo en las últimas semanas, y casi nunca para elogiarle. ¿Un toque de atención? Puede. Más bien, la señal de que el técnico de Grugliasco ya no confía demasiado en el delantero espigado, actualmente cedido por el Brighton.

Ahora, refuerzos. Dybala, sin comparación; Ferguson, criticado: son, como decíamos, las dos caras de la misma moneda. La AS Roma va lanzada, es el mejor equipo italiano de 2025 y acaricia sueños de grandeza, pero le falta gol: hasta siete equipos de la Serie A tienen, a día de hoy, un ataque más prolífico. No es precisamente lo que esperas de un equipo de Gasperini. En su carrera siempre ha pedido algún delantero más, y no siempre se lo han dado; esta vez está cerca de exigirlo: Bailey ha sido una decepción; Ferguson y Dovbyk no han convencido; Soulé y Dybala sí, pero no bastan para llevar a los giallorossi hasta el final. Y ahora, sean Zirkzee o Raspadori —quizá ambos; en todo caso, al menos dos—, Gasp quiere más flechas en su carcaj.