La Serie A, el mercado de fichajes y un mito que desterrar: los clubes italianos no gastan poco, gastan mal. La ventana de enero para corregir los errores del verano y no para tapar carencias. ¿Otro enero de apuestas?

¿Cuántas veces hemos oído o dicho que los clubes italianos no tienen dinero para fichar? ¿Cuántas veces la coartada para dirigentes y clubes ha sido la de contar con un presupuesto irrisorio en comparación con la Premier League? Muchas, muchísimas, y por algunos aspectos es imposible negarlo, pero sigue siendo un mito que conviene desterrar: no es cierto que nuestros clubes gasten poco; muy a menudo esos millones se invierten mal, como demuestra el único juez real del fútbol: el campo. El ejemplo más claro de esta tesis ahora mismo lo encarna el Ac Milan y, si echamos la vista atrás unos meses y analizamos las operaciones del pasado verano de los rossoneri, salta a la vista que casi todos los recién llegados no le han aportado prácticamente nada a Massimiliano Allegri.

De Nkunku a Jashari, pasando por Ricci y De Winter, hasta llegar a Estupinan, Athekame y Odogu, con la juventud como única esperanza de futuro en el caso de los dos últimos: siete fichajes que, hasta ahora, unos más y otros menos, están decepcionando o, como mínimo, no están cumpliendo las expectativas, con Rabiot y Modric como las dos excepciones que confirman la regla. Y con un cálculo rápido el panorama se vuelve aún más duro: 37 millones por Nkunku, 36 por Jashari, 23 por Ricci, 20 por De Winter, 17 por Estupinan, 10 por Athekame y 7 por Odogu. ¿Total? 150 millones, euro arriba, euro abajo. 150 millones invertidos en siete futbolistas que, en los primeros cuatro meses y medio de la temporada, apenas han sido titulares y la reflexión inevitable es qué habría sido del Ac Milan si ese enorme botín se hubiera invertido mejor.

Pensemos en algo simple: los rossoneri han jugado casi siempre sin un nueve y todo podría haber sido muy distinto si el club hubiera tomado otro camino. Un ejemplo: por Nkunku y Jashari se han gastado casi 75 millones, con dos salarios que pagar. ¿No habría sido mejor apostar por un delantero de primer nivel en lugar de jugársela con dos futbolistas sin garantías de rendimiento? Que quede claro: Jashari es centrocampista y la lesión de peroné ha pesado muchísimo en su aterrizaje en el Ac Milan, pero el fondo de la cuestión es el mismo.

Y si el Ac Milan es el ejemplo más evidente, hay otros clubes que también han gastado muy mal el presupuesto destinado al mercado estival. La Juventus, por ejemplo, y qué decir de la ACF Fiorentina, que tras invertir 92 millones de euros se encuentra colista. En pocos días arranca el mercado de enero y la sensación es que muchos dirigentes buscan refuerzos no para tapar carencias en las plantillas, sino para corregir los errores cometidos entre julio y agosto. Hacen falta menos apuestas y más certezas, porque dinero hay en muchos clubes. No tanto como en Inglaterra, desde luego, pero que no sirva de coartada: los errores se pagan caros.