Menu
1ª División2ª División A2ª División BEuropaLatinoaméricaOtras noticias
CalendarioNetworkRedacciónContactos
Canal Primera División
AlavesAlmeriaAthleticAtletico MadridBarcelonaCadizCelta VigoGetafeGironaGranadaLas PalmasMallorcaOsasunaRayo VallecanoReal BetisReal MadridReal SociedadSevillaValenciaVillarreal

¡Entrenadores! ¿Jóvenes o veteranos...? ¿Buenos o malos...? (I)

¡Entrenadores! ¿Jóvenes o veteranos...? ¿Buenos o malos...? (I)
martes 17 noviembre 2020, 01:00Editorial
de Manuel Rodríguez

“Hay un solo jefe: el cliente. Y él puede echar a todos, desde el presidente de la empresa para abajo, simplemente yendo a gastar su dinero en otro lado”. (Sam Walton, fundador de Walmart).

Allá por el 28 de julio pasado, el entrenador recién fichado por el Valencia, Javi Gracia, dijo públicamente: “Yo no soy un funcionario, soy entrenador”. Un principio fundamental para el fútbol de hoy y precisamente en su equipo donde el presidente utiliza a los entrenadores como si fueran funcionarios “bien mandados”, no me atrevo a pensar que también les hiciera alguna alineación durante la última temporada. Por supuesto, es de suponer también que su fichaje haya sido por motivos técnicos, profesionales, buscando el beneficio deportivo de su equipo. Gracia no quiso comentar algunas de las “cacareadas” bajas que se han manejado en las últimas fechas, sonó muy llamativa la baja de Parejo cuando parece que en los últimos años ejerció de pieza maestra en el medio campo. Además, el entrenador ha congelado aquellas declaraciones de Anil Murthy, a finales de enero pasado, cuando aseguraba: “El entrenador de turno debía cumplir órdenes como un funcionario”. Entonces trataba de poner en su sitio a Marcelino que opinó en contra de su presidente y acabó destituido. Por tanto, este juego de liderazgos en el fútbol está a la orden del día y la pandemia actual no va a modificar.

Expresó Javi Gracia: “Me gustaría desarrollar mi trabajo para que el aficionado esté contento y el jugador pueda rendir a su nivel. Yo voy a transmitir al presidente y al propietario lo que creo es importante para el equipo. Luego vamos a ver el escenario que obliga al club a tomar una decisión. No voy a señalar a ningún jugador en estos momentos para decir que no lo quiero”. Eso es lo correcto, dar la opinión, pero no querer imponer precisamente cuando el dueño del dinero es otro. Y para evitar malentendidos significó: “No se me ha dado ninguna lista por parte del club de jugadores que no van a continuar. Manifestarnos diciendo que una serie de jugadores no van a continuar no nos ayuda para nada. Entiendo que el club tendrá unas decisiones tomadas y yo daré mi opinión”.

La comunión de dirigentes y clientes en Valencia no acaba de entenderse. Y en el medio se encuentra siempre el entrenador que maneja los medios fundamentales de un equipo de fútbol (Plantilla de jugadores), enfrentado a la eficiencia de lo que hay que hacer frente a la ineficacia de los enfrentamientos por parte del balance social que no lleva a ningún camino productivo. Por tanto, lo inteligente será que se confíe plenamente en el entrenador, que él decida la mejor alineación, que opine y se le respete su mejor criterio a la hora de los fichajes, que el club gestione altas y bajas con los criterios fundamentales para una sociedad deportiva…

Este verano, un amigo bético me mostraba dudas sobre la contratación de Manuel Pellegrini. Le aseguré que era una de las mejores decisiones de los últimos tiempos del equipo sevillano. Apuesto porque este entrenador, ya veterano, dará estabilidad y orden a los sevillanos, marcará un estilo inconfundible de jugar, y posiblemente eduque a los aficionados en no crearse falsas expectativas, como le ha venido ocurriendo en los últimos tiempos. Al parecer, en el ambiente futbolístico de mi amigo sevillano, apostaban por Bordalás, un excelente entrenador, pero muy inapropiado para el gusto bético por cuanto a éstos les presupongo un gusto por un fútbol combinativo, creativo, asociativo en el manejo de la pelota. Y Bordalás genera equipos muy competitivos, muy guerreros, muy esforzados, siempre a merced de la iniciativa de los equipos contrarios a los que desgasta defensivamente. Es posible, incluso, que ese estilo no pudiera practicarse al 100% en una ciudad con altas temperaturas ambientales. Por tanto, la edad de los entrenadores no es el factor determinante en las decisiones de los clubs de fútbol, sino su idea fundamental de jugar. Es un ejemplo susceptible de contrastar en esta temporada. Y, seguramente, Bordalás seguirá siendo un excelente entrenador para el Getafe consiguiendo muy buenas clasificaciones.