Gasperini adelanta a Sarri por Raspadori: así le va a Jack en Madrid
Todos le quieren, pero en verano estaba ahí y nadie apostó por él más que Simeone. Giacomo Raspadori, delantero italiano en un campeonato falto de goleadores, hizo las maletas. No para cualquier equipo, sino para uno de los más competitivos del mundo: el Atlético de Madrid de Diego Simeone. En plena diáspora de talento, hubo quien lo vio como un pecado para la Serie A y quien lo interpretó como una gran oportunidad para el propio futbolista. Seis meses después, sin embargo, podría estar madurando su vuelta a casa.
Derbi de Roma. Más o menos, porque las últimas noticias apuntan con mucha más claridad en una dirección. En la previa del mercado, que está a punto de abrir sus puertas, Raspadori fue, ante todo, una idea de la Lazio de Maurizio Sarri. De momento, sin mayores avances. También porque, mientras tanto, Jack ha entrado en el radar de la AS Roma y de Gian Piero Gasperini, a la desesperada en busca de refuerzos de calidad. El objetivo del conjunto giallorosso es cerrar una cesión con opción de compra condicionada —en Madrid prefieren que sea obligatoria— dentro de una operación de 20 millones de euros o algo más. En cuanto a su relación con el Cholo, no hay descontento mutuo, pero estos meses han dejado claro que su cuota de minutos no puede ser mucho mayor que la que tuvo en su día en el SSC Napoli.
Cómo le va en Madrid. En este primer tramo de temporada, Raspadori ha tenido cierta continuidad, pero sin protagonismo. Suma catorce apariciones, con dos goles (uno en Champions y otro en Copa del Rey), pero solo cuatro como titular, una de ellas en Liga. En cuanto a su demarcación, al principio Simeone probó a Raspadori como extremo en su 4-4-2. Una ubicación que parecía acertada —y que Gattuso también ensayó con la selección—, pero que duró poco: con la competencia de Giuliano Simeone y Nico González, el ex del SSC Napoli y del US Sassuolo ha terminado orbitando a la espalda de la dupla formada por Julián Álvarez y Alexander Sorloth. De momento —veremos cuánto dura— no acaba de imponerse.



