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También estamos gafados: Italia a la repesca incluso con 21 puntos en 8 partidos; Brasil, al Mundial sin apuros pese a seis derrotas. Algo no cuadra en la nueva Copa del Mundo promovida por Infantino

También estamos gafados: Italia a la repesca incluso con 21 puntos en 8 partidos; Brasil, al Mundial sin apuros pese a seis derrotas. Algo no cuadra en la nueva Copa del Mundo promovida por InfantinoTODOmercadoWEB.es
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martes 14 octubre 2025, 16:00Editorial
Raimondo De Magistris
Nacido en Nápoles el 10/03/88, licenciado en Filosofía y Política por la Universidad Oriental de Nápoles. Trabaja en TMW desde 2008, fue vicedirector durante 10 años. Enviado siguiendo a la selección italiana, presentador en Radio Sportiva

Italia se juega esta noche, en una Udine blindada, asegurarse el segundo puesto del grupo I. Bastará con no perder para amarrar el puesto a rebufo de la líder, que da acceso a la repesca de marzo; habrá que ganar si queremos tener ya en las próximas horas la certeza matemática de que, tras Haaland y compañía, vamos nosotros. Y luego en marzo, lo que tenga que ser: dos partidos a vida o muerte en los que Italia se lo juega todo. Será el momento de comprobar si nuestra selección consigue por fin ver la luz al final del túnel o si volveremos a palpar otro desastre.

Las opciones de adelantar son prácticamente nulas. Pasan por un tropiezo de Noruega en casa ante Estonia y por que nosotros en los próximos tres partidos hagamos siempre los deberes. O por voltear una diferencia de goles que hoy marca 26 para ellos y 7 para nosotros. Dos escenarios entre lo complicadísimo y la ciencia ficción. Ya vimos todos cómo acabó ese Noruega-Israel del sábado por la noche.
Gattuso lo sabe bien y, de hecho, utiliza estos partidos para llegar de la mejor manera a marzo, para sumar certezas de cara a dos citas a vida o muerte. Claro, también estamos gafados porque es verdad que el partido de junio en Oslo contra Noruega fue un auténtico ridículo, pero lo normal es que si una selección suma 21 puntos en 8 encuentros de clasificación al Mundial, se meta. Y, sin embargo, en nuestro caso, incluso ganando todo entre esta noche y noviembre, no será así. Toca asumirlo.
Y entonces, sin eludir nuestras responsabilidades, hay que entender por qué a pesar de la ampliación de participantes en la Copa del Mundo de 32 a 48 estamos en esta situación y, en cambio, Brasil, pese a seis derrotas, selló el billete ya en junio. Por qué Bolivia, pese a diez derrotas en 18 partidos, se ganó el pase a la repesca, el mismo al que aspiramos nosotros esta noche.

Qué han contado los últimos cinco Mundiales
Vamos a los hechos, a los últimos cinco Mundiales. Desde 2006 la brecha entre Europa y el resto del mundo se ha ensanchado no solo a nivel de clubes, también de selecciones. Solo Leo Messi en 2022 logró romper la hegemonía del Viejo Continente, de una Europa que desde el triunfo de Cannavaro y compañía metió a ocho de los diez finalistas. Quince semifinalistas de veinte. En el otro lado, Sudamérica solo llegó a la final dos veces en las últimas cinco ediciones; apenas cuatro selecciones sudamericanas estuvieron en semifinales en las últimas cinco ediciones, de veinte plazas disponibles.
En resumen, la brecha se ha agrandado; Europa, hoy más que nunca, es el epicentro del fútbol mundial. ¿Consecuencias? Llega la ampliación de participantes en la Copa del Mundo de 32 a 48 selecciones y el Viejo Continente pierde peso. Una paradoja.

Hay un problema de representatividad
En el anterior Mundial, Europa tuvo 13 representantes de 36 en total. El 40%. Con la incorporación de doce participantes, a Europa solo le asignaron tres plazas, las mismas que a Asia, África y Centro y Norteamérica. Una plaza directa para Oceanía y, incluso, dos más para una Sudamérica que tiene una liguilla de diez selecciones en la que las seis primeras van directas al Mundial y la séptima a la repesca. En la práctica, el continente sudamericano estará representado en un porcentaje que oscila entre el 60% y el 70%. Europa, en cambio, por debajo del 30%: 16 selecciones en el Mundial pese a sus cincuenta y cinco federaciones. A pesar de que el ranking FIFA dice que ocho de las diez mejores selecciones del mundo son europeas.
Algo chirría, evidentemente. Con el nuevo formato la representatividad de Europa ha bajado. Si antes, como se ha dicho, con 13 selecciones de 32 era del 40%, ahora con 16 de 48 es del 33%. Y eso pese a un dominio nunca tan marcado como el que han firmado las selecciones del Viejo Continente en los últimos cinco Mundiales.
La paradoja de todo esto es que a Italia, tras una derrota, no se le permite ya ningún tropiezo para sellar su billete al Mundial, mientras que en otras partes del mundo ni seis derrotas lo impiden.

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