Mucho hablar y pocos hechos: tres partidos de Vanoli en la ACF Fiorentina y el equipo sigue siendo el de Pioli

La ACF Fiorentina se hunde cada vez más, en caída libre, y el cambio en el banquillo antes del parón, con la destitución de Pioli y la llegada de Vanoli, no parece haber dado, de momento, lo que esperaba la directiva. La derrota ante el AEK Atenas en Conference League, la segunda consecutiva en la competición europea, dejó al desnudo, otra vez, todas las fragilidades del conjunto viola; y las palabras en el postpartido, primero de Dzeko y después del técnico, cargaron aún más un ambiente que, precisamente, necesitaría máxima calma. El domingo a las 18:00, la ACF Fiorentina tendrá enfrente a la Atalanta BC de Raffaele Palladino, viejo conocido con la espina clavada tras la separación del pasado verano, marcada por polémicas e incomprensiones. Tras tanta declaración, a Vanoli le toca pasar de las palabras a los hechos.

Ninguna idea nueva.
Desde el primer día en Florencia, Paolo Vanoli fue claro: pidió a los suyos más agresividad y carácter, aunque con el paso de los días matizó el discurso. Lo más llamativo, sin embargo, es que no ha habido cambios ni en el sistema ni en los hombres utilizados. En la práctica, el nuevo técnico no ha hecho más que seguir la senda marcada por Stefano Pioli, cuando un equipo en dificultades necesitaba probablemente una chispa y algún cambio de calado para no acabar, como está ocurriendo, repitiendo los mismos errores y mostrando el mismo miedo en la mirada de los jugadores.

Hace falta una sacudida.
Vanoli tiene que mover ficha, introducir novedades. La ACF Fiorentina, como se ve sobre el césped, no está hecha para jugar con el 3-5-2; es evidente. Toca retocar también el dibujo. En la plantilla no abundan los extremos, pero, como hizo Palladino hace un año —cuando el entonces técnico de la ACF Fiorentina colocó a Edoardo Bove como lateral zurdo en un 4-2-3-1—, habrá que asumir algún riesgo más. Vanoli debe atreverse. Porque así las cosas no van a cambiar de la noche a la mañana y el peligro, cada vez más real, es que la ACF Fiorentina acabe convirtiendo en realidad la pesadilla del descenso.