Los duelos directos ya no asustan: el Parma repite gracias a Benedyczak

Hasta hace unos meses, los enfrentamientos directos parecían un tabú demasiado difícil de romper para el Parma: tanto la pasada temporada como en la actual, el equipo emiliano había demostrado rendir mejor ante rivales más poderosos, pero se atascaba frente a adversarios de su mismo nivel sobre el papel, casi siempre con mal sabor de boca. En las dos últimas semanas ese guion parece haberse invertido: en las dos últimas salidas, ante Hellas Verona y Pisa, el conjunto de Carlos Cuesta ha demostrado que también sabe ganar estos duelos, llevándose dos triunfos de mucho peso para la clasificación. No solo porque mete tres puntos al zurrón, sino porque le ha permitido evitar que los rivales directos le superaran y, además, abrir brecha en la tabla.

Además, esas dos victorias llegan tras dos partidos muy complejos, que evidencian que este Parma tiene mucho carácter. Centrándonos en el choque de Pisa, tras el descanso los locales adelantaron líneas en busca del empate. El Parma, sin embargo, supo defenderse con orden, sin descomponerse y apenas concediendo ocasiones. También hubo susto: ahí queda la ocasión clarísima que marró Nzola a bocajarro. Aun así, el equipo de Carlos Cuesta se mantuvo unido y, en el tramo final, contuvo el arreón del Pisa con mucha tenacidad. Una demostración de lo que repite a menudo el propio técnico mallorquín: el Parma es un grupo unido y cohesionado, un equipo que ayer demostró saber adaptarse a los distintos momentos del partido, sabiendo sufrir cuando tocaba.

Y, sobre todo, golpeando cuando tuvo la ocasión, aunque naciera de una falta fortuita del capitán del Pisa. En cualquier caso, el Parma estuvo listo para aprovechar la oportunidad más clara hasta entonces, y lo hizo con un futbolista que en la última semana ha firmado dos dianas: hablamos de Adrian Benedyczak, que, tras castigar al Bologna en la Copa de Italia, ayer repitió al anotar su primer gol en la Serie A. Titular por sorpresa para apoyar a Pellegrino, el delantero polaco no defraudó: primero rozó el gol con un tiro que desbarató Scuffet y después se desquitó desde los once metros, con sangre fría para cruzar el derechazo y batir al meta rival. Un estreno en la Serie A que corrobora lo dicho por Carlos Cuesta en la previa: el Parma no solo depende de Pellegrino; tiene otros delanteros de nivel capaces de marcar en cualquier partido. Y si eso llega en un duelo directo, vale doble.

Ahora bien, el Parma no debe dormirse en los laureles. Estas dos victorias no bastan para dar la temporada por cerrada. En las próximas semanas a los gialloblù les esperan más citas exigentes, la primera el próximo sábado ante la Lazio del ex Matteo Cancellieri. El Parma será protagonista en el Tardini con el objetivo de volver a ganar también ante su afición, numerosísima ayer en Pisa. La cita ante los biancocelesti será otra gran prueba para los gialloblù, donde se podrá medir de verdad el nivel de madurez de este equipo.