La Juventus se estrella ante el Torino, pero el plan de Spalletti sigue adelante con paso firme

Un empate en el derbi, antes del parón, con pocas emociones y marcado por el cansancio y las carencias de siempre de la Juve.
Este derbi, en línea con muchos de los últimos, no ha entusiasmado; más bien ha vuelto a exhibir los problemas de siempre —llámenlos defectos, carencias, lo que se prefiera— de un equipo que ni siquiera Spalletti tendrá fácil transformar a muy corto plazo. Sin rodeos, el míster 'tranquilidad' (ojalá por mucho tiempo) señaló con franqueza la falta de calidad en el último pase, en la toma de decisiones más claras, en los desmarques rápidos y en la finalización. Y es bastante evidente que pronto se señalará al grupo si no consigue progresar y mantenerse, como mínimo, a rebufo de la incertidumbre de esta Serie A.
La esperanza sigue ligada a una tabla volátil y al rendimiento irregular de equipos con más experiencia.
Spalletti no es ningún ingenuo y su calma aparente, tan necesaria, demuestra colmillo y capacidad para afrontar retos complicados. Aunque el desenlace está por escribirse y no dependerá solo del banquillo.
Derby – El Torino de Baroni no salió solo a defenderse; esperó demasiado a la Juve en la primera parte, corrió riesgos pero llegó a acariciar la campanada cuando el desgaste de la Champions restó aún más frescura a las pocas ideas bianconeras. Las mejores 'fichas' ya se habían jugado, por actitud, en la cita europea ante el Sporting de Portugal, donde solo faltó la victoria.
En cambio, ante Udinese y Cremonese se presentaron las ocasiones de reavivar el entusiasmo a partir de lo que se había podido trabajar en lo técnico en pocos días. Es indiscutible que se puede mirar con relativo optimismo a la opción de meterse en puestos de Champions, clave para dar garantías económicas y continuidad a un proyecto construido en torno a Spalletti. Convence, y es lógico, la idea de limitar las rotaciones y fijar unos pilares en el once.
La columna vertebral del equipo se definirá a partir de las piezas consideradas fundamentales para cambiar también el libreto. La Serie A se detiene, pero el trabajo más duro empieza ahora: unos diez días para intentar cambiarle la piel y la mentalidad al grupo. Diez se marcharán con sus selecciones.
Quienes se queden deberán asimilar rápido la nueva forma de jugar: se empezará por la defensa, con el giro a línea de cuatro y la recuperación de Kelly; después, el adelantamiento de Koopmeiners como interior de centro del campo, hasta medir la entrada definitiva de Zhegrova, alternativa a Conceicao, en la línea de ataque.
Y luego, mucha velocidad para mantener los peligros lejos y amenazar la portería rival.
La Juve es sexta en la tabla, como hace un año pero con dos puntos menos, y por tercera vez en las últimas cinco ediciones del torneo ha sumado menos de 20 puntos.
Casualmente, cuando siempre le ha tocado sudar un poco más para meterse entre los cuatro primeros. Un destino que este curso tampoco mirará a la cara al entrenador y que se medirá únicamente con la fuerza real del equipo, ya visible a simple vista.
A los aficionados y a la directiva.