La joya zidanesca de Sucic y el relevo inevitable con Mkhitaryan

Su primer gol en Serie A fue de los que dejan boquiabierto, para enmarcar. Control con la suela y latigazo seco: Petar Sucic tardó ocho jornadas en presentarse en sociedad; no es precisamente un delantero, pero su gesto deslumbró a San Siro. Las comparaciones —Zidane viene a la cabeza, aunque luego están las carreras y los escenarios por construir y conquistar— valen lo justo. Lo que importa es lo que ese golazo dice del presente y del futuro de Sucic en el Inter FC.

El centrocampista croata, llegado en verano del Dinamo de Zagreb y fichado cuando nadie en el club contemplaba que Simone Inzaghi hiciera las maletas, lo firmó en su cuarta titularidad en la Serie A. La primera desde septiembre: tras tres partidos de inicio en las cuatro primeras jornadas —y otra desde el 1' en Champions ante el Slavia de Praga—, Cristian Chivu lo había dejado momentáneamente en segundo plano. Nada extraño: la competencia es feroz. Desde hace cuatro años, los aficionados del Inter FC recitan de memoria los nombres de un centro del campo al que nadie ha conseguido meter mano. Barella, Calhanoglu, Mkhitaryan: una cantinela que trae de cabeza a los rivales en Italia. Quizá haya llegado quien pueda agrietar esas jerarquías. Es más.

El relevo es inevitable. Como decíamos, Sucic fue apuntado y fichado en un momento en el que nadie en el Inter FC pensaba cuestionar el 3-5-2 de Inzaghi. De momento, el dibujo ha resistido el cambio en el banquillo con la llegada de Chivu y, a la vista de los resultados, no hay motivos para que el rumano lo toque. Más allá de la edad, el croata tiene rasgos que lo hacen funcional —e incluso más idóneo que Frattesi y Zielinski— como recambio de cualquiera de los tres intocables. No es casualidad, eso sí, que su exhibición de ayer llegara en lugar de Mkhitaryan: por una cuestión de edad, pero también por calidad técnica y capacidad de trabajo, es el sustituto perfecto del ex del AS Roma y del Manchester United. El armenio, que suele ir como un tiro, ha bajado bastante el ritmo en los últimos meses: una cuestión fisiológica, y será lógico ver cada vez más a Petar ocupando su sitio.