La afición (casi) siempre tiene razón, aunque a Gattuso no le haga mucha gracia

De grandes poderes nacen grandes responsabilidades, aunque Gattuso ha tenido pocas en lo que ha sido el recorrido de la selección hasta ahora. Para bien y para mal: se encontró con un 0-3 ante Noruega, un -6 en la diferencia de goles por remontar y, prácticamente, sin rivales. Los que no tuvieron los escandinavos tampoco los tuvimos nosotros. Así que sí, seis victorias de siete, pero también ante Moldavia, Israel y Estonia.

"Estoy un poco enfadado por lo que escuché en la segunda parte; venir aquí y oír a la afición gritarles a mis jugadores '¡a trabajar!' me duele. Me dolió, estoy contrariado. No sé de dónde sale ni por qué. Yo solo sé que es la primera vez que Italia gana seis partidos en una fase de clasificación para un Mundial". Nace del hecho de que Italia no va a un Mundial desde 2014 y de que, hace pocos días, se cumplió el aniversario de la eliminación ante Suecia. Luego llegó la de Suiza, en un grupo francamente asequible que podríamos y deberíamos haber cerrado con pleno de puntos.

Claro. No es culpa de Gattuso, no es responsabilidad de Gattuso. Porque él ha ganado todos los partidos que le tocaba jugar. Y tendrá la posibilidad, en la fase de clasificación, de volver a alcanzar el objetivo. Pero lo de ayer fue una actuación francamente inaceptable, probablemente fruto de la tristeza de saber que ya no hay ninguna esperanza de llegar al Mundial: incluso haciendo seis goles más, había que derrotar a Noruega por seis de diferencia. Ahora son nueve y cambia muy poco. En definitiva, la afición tiene razón. Pagan por ver y animar a una selección que desde 2021 no da alegrías y que desde 2017 se pierde las citas mundialistas. Ir a Moldavia y ver una desolación así puede cabrear. No solo al seleccionador.