Ederson, urge recuperar la mejor versión del brasileño: la Atalanta le necesita

Los tractores son máquinas que siempre hacen un trabajo extraordinario, y sin ellos se hace difícil realizar grandes tareas de siembra (y, después, de cosecha) para recoger frutos importantes: traducido al argot futbolero, puntos y, sobre todo, buen juego. El tractor de la casa Atalanta se llama José Ederson, y en estos meses ha sufrido problemas en el sistema de alimentación que el mecánico Ivan Jurić no ha logrado resolver: una avería que ha gripado el engranaje nerazzurro.

Ederson, en la mecánica agrícola, sería un Big Bud 747, y no hace falta describirlo al detalle más que como el centrocampista más completo de toda la historia de Atalanta: un futbolista del que el conjunto bergamasco dependía en exceso. Visión de juego, dinamismo, construcción y también muro defensivo para frenar a los rivales: todo ello con más de 8.000 minutos disputados, convirtiéndose en uno de los jugadores más utilizados en los dos últimos años. Sobre él se interesaron muchos clubes, pero la entidad pedía 70 millones, acorde a su relación calidad-precio, y del tridente Retegui-Lookman-Ederson muchos habrían firmado por retener al menos al centrocampista brasileño.

Por un lado, la tarea de Atalanta en la medular no debía limitarse a las prestaciones tanto del dorsal 13 como de Marten De Roon; por el otro, la aportación de Ederson era fundamental para que funcionara todo el mecanismo. Sin embargo, los problemas llegaron desde el inicio, con la lesión de menisco que le dejó un mes de baja; luego, en la vuelta, José fue una sombra del jugador que iluminaba el centro del campo: pesado, lento y casi encorsetado por las consignas tácticas de Jurić, fallando en muchas fases de construcción incluso básicas. Un rendimiento insuficiente, más allá de las atenuantes, que terminó desembocando en la destitución del técnico croata.

Con Palladino, la medular será un sector clave, en el que Ederson debe volver a ser un centrocampista total para la Atalanta; además, hay en juego un puesto en la Selección (de Brasil, N. del R.) con el Mundial a la vuelta de la esquina: un tractor gripado que, eso sí, hay que poner a punto para arar los vastos campos tanto italianos como europeos.