AC Milan-Como, el veredicto de Perth y un boomerang para el fútbol italiano
La premisa es clara: cuando, además de lo que pasa en el césped, también se juega un partido en el terreno político —con intereses cruzados sobre llevar encuentros de Liga a otro país (o directamente a otro continente, como en este caso)—, lo normal es que salten las sorpresas. Y esta vez no fue la excepción.
Tras polémicas, críticas y declaraciones en los últimos meses, el no definitivo a disputar el AC Milan-Como en Perth parece casi el colofón de lo que, a todos los efectos, puede considerarse un ridículo. "Espero que sea un partido pionero de cara a lo que será el futuro del fútbol", dijo Massimiliano Allegri antes del SSC Napoli-AC Milan del pasado jueves en Riad. El técnico rossonero lo comentó sin tener información directa. Las mismas que Simonelli, pocas horas antes del pitido inicial, daba prácticamente por oficiales. Hablamos de hace apenas cuatro días, cuando la condición más difícil de salvar —según la Lega Serie A— se había aceptado a regañadientes: árbitros asiáticos para un partido del campeonato italiano (hubiera sido la primera vez en la historia) y, después, rematar los últimos flecos.
Pues no. No solo AC Milan-Como en el extranjero no será un partido pionero, citando a Allegri, sino que el veredicto final se convierte en un auténtico boomerang. Los motivos del giro de 180 grados y de la cancelación del desplazamiento oceánico se explican en el comunicato ufficiale emitido por la propia Lega con palabras de Simonelli: "Ante una escalada de nuevas e inaceptables exigencias surgidas en las últimas horas por parte de la AFC hacia la Federación Australiana y, en consecuencia, hacia el Gobierno de Australia Occidental y la Lega Calcio Serie A, se ha vuelto imposible disputar el partido AC Milan-Como en Perth".
"Este proyecto se preparó durante 12 meses y hemos hecho todo lo posible por sacarlo adelante, pero la política futbolística, las cuestiones legales y la burocracia han sido un obstáculo", subrayó por su parte Rita Saffioti, ministra de Deporte y Recreación. Meses tirados por la borda, visto el desenlace, que, más allá de los motivos —más o menos determinantes— que hicieron saltar la banca, asestan otro golpe, y no menor, a la credibilidad del fútbol italiano. Dentro y fuera del país.



