AC Milan-Como 1907 en Perth no es ninguna novedad: en 2002 la Supercopa se disputó en Trípoli

"Se jugará en Perth el 8 de febrero, tal y como estaba previsto". El anuncio de Ezio Maria Simonelli, presidente de la Serie A, plantea varias preguntas. La primera es evidente: '¿para qué hacerlo?', si no es solo por dinero. Un modelo importado de la NBA que a veces aterriza en Europa (en París, por ejemplo), pero que, en términos generales, tiene otro sabor. Porque el baloncesto europeo está por debajo del estadounidense en el imaginario de los aficionados. Está la Euroliga, muy disfrutable, pero no tiene el mismo escaparate ni hace el mismo ruido.

¿Jugar en Australia ayudará al fútbol italiano? Francamente, es imposible saberlo, porque tras más de veinte años de Supercopas itinerantes por el mundo (en 2002 se jugó en Trípoli, en 2003 en el estadio de los New York Giants y así sucesivamente) da la sensación de que no ha traído grandes avances. Suena a una operación de marketing poco innovadora: intentar ampliar la base de aficionados con poco esfuerzo, llevando el fútbol a las ciudades como lo haría un circo.

Al fin y al cabo, los futbolistas están obligados a ofrecer espectáculo. Y poco importa que, con la marea de partidos cada vez mayor, sea difícil ofrecer algo verdaderamente brillante en lo técnico y en lo físico. Muchísimas lesiones, muchísimo dinero y pocas novedades reales.