Polémica, lesión y la FIFA en el punto de mira: Diao, de nuevo KO, y peligra la Copa África

“Pedí, por favor, un poco de sentido, que no se lo llevaran, porque en ocho meses ha jugado tres partidos, a medias”. Cesc Fabregas relató así, en el postpartido de anoche, su conversación con el seleccionador de Senegal sobre Assane Diao. La convocatoria del delantero del Como para la Copa África —arranca el 21 de diciembre y desde hoy el jugador está citado con su selección— es un tema candente a orillas del lago. No por una negativa de principio, sino por el estado físico de Diao, que aún no ha regresado a su mejor nivel. Y, aun así, Fabregas habló de un chantaje en toda regla: o Copa África o nada de Mundial. Difícil poner a Assane ante una disyuntiva así.

El duelo ante la AS Roma, sin embargo, confirmó los temores del técnico español y, en general, del Como. Diao se retiró con molestias en la primera parte: sufre un problema en los isquiotibiales, como explicó Fabregas en el postpartido. Es pronto para más detalles, pero en condiciones normales cuesta imaginar al joven atacante listo para el inicio del torneo, con Senegal encuadrada en el mismo grupo que Benín, Botsuana y la República Democrática del Congo. Su participación, inevitablemente, está en el aire.

La polémica, además, reabre un debate muy presente en los clubes: la relación con las selecciones. En competiciones oficiales, las entidades apenas tienen herramientas para negarse a las llamadas de sus futbolistas: todo correcto, hasta que se producen cortocircuitos, ya sea en la toma de decisiones o en la comunicación. Los salarios los pagan los clubes y, cuando hay lesiones, las compensaciones no cubren los costes (al margen de los seguros que todos contratan, que también cuestan). En este contexto aparece un torneo que debía volver a un calendario más normal: esta Copa África estaba prevista entre junio y julio. Pero la CAF la movió —con el beneplácito de la FIFA— a final de año para no solaparse con la primera edición del nuevo Mundial de Clubes, el nuevo escaparate del fútbol mundial. Resultado: un torneo que ni los organizadores querían en estas fechas y que causa enormes problemas a todos los clubes europeos. Y no es, ojo, eurocentrismo barato: la gran mayoría de jugadores procede de clubes europeos (una veintena de la Serie A, 32 de la Premier League, y así sucesivamente), y otras ligas con protagonistas destacados —como la Saudi Pro League— siguen el mismo calendario. Es puro sentido común.