Historia de un matrimonio que no fue: Allegri se mide al banquillo que pudo ser el suyo
La Roma disfruta de Gian Piero Gasperini, la apuesta firme y clara de la familia Friedkin para relanzar las ambiciones romanistas tras la compleja temporada pasada, que se cerró por todo lo alto solo gracias a la intervención de Claudio Ranieri, quien enderezó la situación después de un inicio de pesadilla.
El ex del Atalanta, sin embargo, fue anunciado con la Serie A ya más que terminada y después de sellar su adiós al Atalanta tras nueve años llenos de éxitos, una separación que necesitó un par de reuniones antes de oficializarse. Y justo en ese tramo, el nombre de Massimiliano Allegri fue uno de los que más sonó para el banquillo romanista.
El técnico livornés, de hecho, antes de firmar por el AC Milan, estuvo parado toda una temporada tras ser despedido por la Juventus. En esos meses en su Livorno natal, Allegri vio repetidas veces su nombre vinculado a la Roma. Hubo algún contacto y a buena parte del entorno romanista su perfil le gustaba, pero la historia tomó otro rumbo. Y ahora la Roma y toda su afición no pueden hacer otra cosa que celebrarlo, visto el impacto del entrenador de Grugliasco en la plantilla de la Roma, que el curso pasado empezó la liga a ritmo de descenso. Una diferencia evidente si miramos la actual clasificación de la Serie A, a pocas horas del duelo de San Siro.



