El AC Milan se hace el harakiri; el Parma remonta dos goles: 2-2 en el Tardini

El AC Milan sufre el mal de los modestos. Tras Cremonese y Pisa, llega otro frenazo inesperado. Un partido que los rossoneri tenían controlado hasta el 45' y que, a la postre, pudo incluso dejarles sin botín. El paralelismo con precedentes es claro, sobre todo con el duelo ante el Pisa: el equipo de Allegri se adelanta, se ve con los tres puntos en el bolsillo, baja la guardia y permite que el rival vuelva al partido. En el Tardini, 2-2 final, en un choque que ofreció a un AC Milan arrollador durante 25' y poco contundente en los 20' siguientes. El Parma se agarró a un gol antes del descanso y, tras la reanudación, se desató para firmar un empate merecido y dejar un final loco, con el partido roto y ocasiones a mansalva en ambas áreas.

Primera parte
Alexis Saelemaekers, en plan figura: el belga abrió la lata con una zurda cruzada a la que Suzuki llegó tarde; luego se fabricó un penalti al ser derribado por Ndiaye. Desde los once metros, Leao, imperturbable, ajustó a la derecha de Suzuki y la coló rasa en la base del poste pese a que el portero adivinó el lado. Cuarto tanto en la Serie A para el portugués, quinto del curso si contamos también la Copa de Italia. Y el primero lejos de casa. Pero el fútbol, caprichoso como siempre, tenía guardado un giro: en el descuento, un maravilloso disparo con rosca de Bernabé entró pegado al palo largo y reabrió el partido, encendiendo el estadio. Para el español, segundo gol consecutivo tras el logrado ante el Bolonia.

Segunda parte
La segunda mitad fue un monólogo del Parma, que metió al AC Milan en su área. Pellegrino, difícil de contener, y el equipo, volando por las bandas. Britschgi le ganó en velocidad a Estupinan, la puso y Delprato, de cabeza, batió a Maignan: 2-2 en el 62'. Los palos acudieron al rescate del AC Milan y el propio guardameta evitó males mayores. Allegri se jugó la carta Pulisic y, con Capitán América, la circulación rossonera cobró vida. El AC Milan incluso tuvo la opción de volver a ponerse por delante con Saelemaekers, pero el belga erró en la más clara. Así acabó: el AC Milan alcanza el liderato, aunque pudo haberse puesto líder en solitario si hubiera mantenido la concentración durante todo el partido. Una película ya vista.