10 de noviembre, fiesta de Gasperini en Roma: hace un año se marchaba Juric

Líder de la clasificación, incluso sin sus favoritos, los delanteros. Gian Piero Gasperini está demostrando que en su fútbol no todo es marcar. Como ya hiciera en Bérgamo, al inicio de su carrera. Se ha adaptado y ha encontrado una solidez defensiva que en el Atalanta solo tuvo en la época de Caldara (que luego se fue a la Juventus) y ha confirmado un viejo axioma del fútbol: si no encajas, muchas veces terminas haciendo uno. Y así ganas, escalando la tabla a gran velocidad.

Luego, sí, ha habido tropiezos por el camino, como ante el Torino. Pero el 10 de noviembre del año pasado la AS Roma era un club a la deriva, sin entrenador —tiró de Claudio Ranieri, sacándolo de una merecida jubilación—, con Lina Souloukou dimitida como consejera delegada a finales de septiembre y los Friedkin sin una alternativa clara. Doce meses después, es fiesta grande, con un técnico al que muchos veían para equipos de media tabla, pero que está demostrando que también vale para las grandes. Una especie de madurez, quizá tardía, pero en la AS Roma creen que pueden disfrutar.

Y no les falta motivo, en el día en que Juric también dejará el Atalanta. Faltan delanteros, sí, pero en enero probablemente habrá movimientos. Sobre todo si el aire de la zona alta, que los Friedkin nunca han respirado, sienta bien.