Otro empate en un partido tétrico: la crónica del Elche 2-2 Real Madrid
Espeso, insípido y alarmante. Esos son los mejores adjetivos que definen el partido que el Real Madrid protagonizó en Elche, en un duelo que se saldó con empate tras unos minutos finales de infarto que pudieron acabar con victoria para cualquiera de los dos equipos. La poca capacidad de control de los de Xabi Alonso preocupa, y mucho, tras acumular ya tres partidos consecutivos sin conocer la victoria y haber perdido cuatro de los cinco puntos de ventaja que sacaban al Barcelona después del clásico. Huijsen y Bellingham fueron los encargados de empatar los tantos de Febas y Álvaro Rodríguez, que volvieron a hacer valer la famosa ley del ex.
UNA PRIMERA MITAD DEMASIADO ESPESA
Que el Elche era un hueso duro de roer en el Martínez Valero lo sabía bien Xabi Alonso. El tolosarra volvió a la línea de cinco defensas, algo que no hacía desde el encuentro ante el Levante, y sorprendió al dejar en el banquillo a Valverde y a Vinicius para dar paso a Trent –que regresó al once por primera vez desde su lesión– y a Rodrygo. Sin embargo, el equipo tardó en encontrarse sobre el césped.
El conjunto de Éder Sarabia salió de tú a tú y a incomodar lo máximo posible al Real Madrid, y lo consiguió. Pese a que Goes, Mbappé y Güler avisaron con disparos desde la frontal nada más comenzar el choque, fue Courtois quien tuvo que intervenir para evitar que Rafa Mir primero y André Silva después complicaran aún más las cosas. Los blancos –hoy de azul– no daban con la tecla que les permitiera ganar esa profundidad que el equipo necesitaba. Ni Bellingham conectaba con los de arriba ni Huijsen lograba ofrecer una salida de balón que ayudase a controlar más el partido, que se fue igualado al descanso con la sensación de que cualquiera de los dos equipos podría haberse marchado por delante.
CORRECALLES CON SABOR AMARGO
Tras el paso por vestuarios, la cosa fue de mal en peor. Pese a que Iñaki Peña le negó de nuevo el gol a Rodrygo, fue el conjunto franjiverde el que golpeó primero. Una buena triangulación entre Aleix Febas y German Valera acabó con el ex del Castilla adelantando a los locales con la puntera, apurando al máximo tras recibir una gran asistencia del español de tacón. Un gol que ratificaba el gran partido que estaba firmando el centrocampista y que evidenciaba que el Real Madrid estaba jugando tanto con fuego que terminó por quemarse.
Con el ‘mazazo’, el tolosarra no se lo pensó más: cambio de sistema y revulsivos al césped. Camavinga, Valverde, Vinicius e incluso Gonzalo entraron para agitar el partido. El equipo debía reaccionar y, aunque las revoluciones en cuanto al juego aumentaron, la sensación era que los blancos no estaban ni cerca de encontrar el gol del empate. Pero cuanto peor parecía el Madrid, antes llegó la reacción. En el minuto 78, un saque de esquina botado por Arnold acabó con Jude ganando el duelo aéreo, y tras su cabeceo, el balón le llegó a Dean para que el central, internacional con España, enviara el esférico al fondo de la red con un remate a regañadientes.
Comenzó entonces lo que fue un final de locura. El correcalles en los últimos minutos lo aprovechó primero Álvaro Rodríguez, que, con una jugada personal que levantó a todos los presentes en el Martínez Valero de sus asientos, culminó con un zurdazo desde la frontal para devolver la ventaja a los locales. La ley del ex volvió a hacerse valer y, sin tiempo apenas para celebrarlo –algo que no hizo el delantero por su pasado madridista–, Bellingham hizo el empate apenas unos minutos después con un remate desde dentro del área tras una buena cesión de Mbappé desde la línea de fondo.
Aunque ahí quedó la cosa. Tras el intercambio de golpes, el partido murió en tablas, con la sensación de que cualquiera pudo llevarse los tres puntos en ese desenlace frenético. Para el Real Madrid, el empate supone ya el tercer encuentro consecutivo sin conocer la victoria, un dato que empieza a preocupar seriamente por la falta de control y solidez mostrada en las últimas jornadas.



