Niza, tras la tormenta, hora de reflexión: mañana, cumbre entre los pesos pesados y el cuerpo técnico
La tensión alrededor del Niza ha alcanzado niveles nunca vistos tras el turbulento regreso del equipo de la derrota ante el Lorient (3-1). El recibimiento de la afición a los hombres de Franck Haise, que degeneró en incidentes violentos a la entrada de la ciudad deportiva, dejó muy tocado al vestuario. El propio técnico, afectado por lo ocurrido, concedió dos días libres a los jugadores, llegó a admitir en el grupo interno de WhatsApp que "no podía más" y anunció que está dispuesto a tomar medidas drásticas para condenar lo sucedido.
Pese al parón, una decena de futbolistas acudió el lunes para tratamiento y mantuvo un cara a cara con el presidente Fabrice Bocquet. El dirigente lamentó no haber estado presente en el momento más crítico e instó al equipo a reflexionar sobre la importancia de los gestos y de las imágenes que circulan, un claro guiño al vídeo de Terem Moffi bromeando con el presidente del Lorient tras la derrota, episodio que encendió aún más la ira de los ultras.
En paralelo, Bocquet se reunió con algunos representantes de los grupos organizados, que niegan las agresiones pero admiten que se pasaron de la raya. Mientras tanto, los jugadores han convocado una reunión interna para el miércoles, sin cuerpo técnico, con los pesos pesados del vestuario —de Dante a Sanson, pasando por Clauss y Vanhoutte— decididos a hacer balance de la situación. En la plantilla, muchos critican la gestión de la seguridad, considerada insuficiente, sobre todo después de que se permitiera subir a dos ultras al autobús del equipo. El club, que ya ha anunciado un refuerzo del dispositivo de seguridad y valora presentar una denuncia contra autor desconocido, se prepara ahora para el delicadísimo partido del domingo ante el Angers, en un clima de todo menos tranquilo.



