¿Palladino levantará a la Atalanta? Los precedentes tras un cambio en el banquillo con la temporada en marcha

Raffaele Palladino parece haber recuperado a una Atalanta tan determinada como ambiciosa, pero aunque el duelo ante el Eintracht Frankfurt sea un gran punto de partida, toca dar continuidad a los resultados: sobre todo para relanzar un campeonato en el que el 13º puesto se le queda muy corto a la Dea. Como se ha repetido en más de una ocasión, un cambio en el banquillo en la Atalanta es algo poco habitual: no solo porque no pasaba desde hacía diez años, sino también porque en Bérgamo se tiende a tener paciencia (como ocurrió también con Juric) y los relevos en el banquillo solo llegan en caso de emergencia total. La pregunta es inevitable: ¿cuánto han influido los cambios de técnico con la temporada en marcha en la Atalanta?

El repaso arranca en el primer ciclo Percassi (1990), con Pierluigi Frosio reemplazado por Bruno Giorgi, quien elevó la media de puntos de 1,05 a 1,69 con cinco victorias seguidas y una sólida esperanza de plaza UEFA en el tramo final del campeonato. En 1994 la cosa salió mal: Francesco Guidolin fue sustituido por el dúo procedente del equipo juvenil, Valdinoci-Prandelli, y la media pasó de 0,8 a 0,78, con el consiguiente descenso a Serie B.

En 2003, el relevo de Giovanni Vavassori en la recta final de la temporada, pese a la mejoría en la segunda vuelta, y la apuesta por Finardi (de 1 a 1,8) no bastaron para evitar el desempate con la Reggina (que acabó en derrota). Luego, en la temporada 2009/2010 llegó el trío Gregucci-Conte-Mutti: Gregucci sumó 0 puntos en las cuatro primeras jornadas, Conte promedió 1 punto por partido y Mutti llegó a 1,11, insuficiente para la permanencia. Por último, el último cese antes de Ivan Juric fue el de Stefano Colantuono, que dejó paso a Edy Reja en 2015: la media subió de 0,92 a 1,08 y la permanencia llegó a base de empates. ¿Logrará Palladino cambiar el rumbo de la Atalanta? Lo veremos en los próximos partidos.