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Atalanta, errar es humano: también para un club grande. Ahora toca levantarse

Atalanta, errar es humano: también para un club grande. Ahora toca levantarseTODOmercadoWEB.es
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Hoy a las 07:45Serie A
Filippo Davide Di Santo

Hacía tiempo que en la casa de Atalanta no se vivía un momento así. Resultados decepcionantes, sí, pero sobre todo un hecho poco habitual: la destitución de un entrenador. Algo que no sucedía desde 2015, cuando Colantuono fue relevado del cargo y, en casi 20 años del ciclo Percassi, apenas supone el 4.º cambio en el banquillo: de Frosio a Guidolin, pasando por Stefano y, por último, Juric.

La destitución del técnico croata fue tan legítima como inevitable, pero no exime a nadie más. Juric habrá dado el 110%, pero no bastó y culpas hubo: poca predisposición a arriesgar, demasiadas rotaciones en el once, un grupo que pasó de unido a deshilacharse, demasiados momentos clave mal gestionados y una clasificación preocupante. Sin embargo, cuando paga el entrenador, es inevitable reconocer también errores de la dirigencia.

La familia Percassi y Pagliuca siempre han mostrado profesionalidad, atención al detalle y ambición. Sin embargo, la elección del sucesor de Gasperini era compleja: un legado demasiado pesado para cualquiera. Juric fue preferido a Thiago Motta y Palladino: decisión (quizá) coherente con la filosofía de Gasp, pero arriesgada a la vista de su último año, pese a la sintonía con el director deportivo Tony D’Amico, con quien ya había trabajado en el Hellas Verona. El club invirtió 125 millones de euros con el objetivo de seguir entre los cuatro primeros, pero entre expectativas y resultados siempre media el campo. El potencial de la plantilla no se explotó como debía y la confianza inicial se fue desgastando hasta desembocar en la decisión final de la destitución.

Esta temporada debía demostrar que Atalanta podía seguir sin Gasperini: la naturaleza lógica de un grande. La inversión estaba, la voluntad también, pero el "piloto", pese a la competitividad de la plantilla, marca la diferencia: no es una cuestión de juego, sino de mentalidad, que con Ivan aparecía a rachas; quizá se pensó que bastaba con el piloto automático, sin tener en cuenta, claro, ciertas dificultades (legítimas). Errar es humano, y Atalanta tiene la capacidad y la fuerza para remediarlo: lo que cuenta es reaccionar y demostrar que sabe levantar la cabeza, como siempre hizo la Dea en los momentos de dificultad. Hasta los más fuertes se equivocan, pero con el apoyo adecuado a Palladino, el equipo resurgirá de la mejor manera posible.

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