Saúl: «El Real Madrid, en realidad, no tiene afición. Vas al Maracaná y siempre está lleno»
Saúl Ñíguez (Elche, 1994) está a un paso de firmar un histórico triplete con el Flamengo, apenas seis meses después de aterrizar en el club. Tras su exitosa etapa en el Atlético de Madrid y su posterior paso por el Sevilla FC, su aventura en Brasil, emprendida en un gigante de Sudamérica, está siendo un éxito. En una entrevista, el centrocampista español habló de cómo ha recuperado el gusto por el fútbol y comparó el entorno rubro-negro con el de los grandes de Europa. "También en el Sevilla, pese a todo, disfruté. Saqué cosas positivas de lo que rodea al club y a la afición; disfruté de la gente, de la ciudad. Me había hecho ilusiones. Luego, en Flamengo tuve una conexión realmente especial. Llegué en silencio. Me presenté en el descanso de un partido, junto a Emerson Royal, y la afición empezó a corear mi nombre. Me impactó muchísimo; un futbolista como yo, que venía de una temporada no demasiado buena, entre lesiones, expulsiones, mil cosas, y ver que la gente estaba conmigo... me marcó", dijo en una entrevista con AS.
Al describir el ambiente carioca, Saúl utilizó palabras contundentes:
"Decir que es un club gigante se queda corto. Como entidad es bestial, por infraestructuras, pero lo más sorprendente es su afición. Es la más grande del mundo en número. He tenido conexión desde el primer día y ojalá el año que viene pueda darles más alegrías".
Saúl fue más allá en la comparación entre el Flamengo y el Real Madrid y dejó una conclusión tan sorprendente como crítica:
"Es más que el Madrid. En realidad, el Madrid no tiene afición. El Madrid es famoso, claro, por todo lo que ha ganado y es conocido en todo el mundo, y por eso tiene seguidores. Pero vas al estadio y no sientes nada. En cambio, vas al Maracaná, un estadio emblemático, y siempre está lleno. Incluso fuera de casa, el campo está lleno de aficionados del Flamengo".
Para reforzar su tesis, citó una anécdota reciente:
"Hace poco jugamos contra Sport Recife y nos llevaron a otro estadio porque, si no, nuestros aficionados no podían entrar. Y estamos hablando de un vuelo de tres horas y media. Vas a Lima y nuestra afición llena el estadio al 100%. Luego ves que la del Palmeiras no lo llena... y dices: 'Esto sí es una gran afición'".



