
Real Madrid 93-86 Partizán de Belgrado: victoria de carácter en un choque con tensión
¡Final en el Movistar Arena! Tras una semana de resultados diversos, con una victoria europea ante Asvel Lyon-Villeurbanne y una derrota frente a Baskonia en Liga Endesa, el Real Madrid de baloncesto volvió al Palacio para enfrentarse a Partizán de Belgrado en la cuarta jornada de Euroliga.
El primer cuarto comenzó con el Real Madrid enchufado desde el salto inicial, consciente de que el duelo ante Partizán no era uno más. La tensión en el ambiente se palpó desde el calentamiento con el gran número de afición visitante desplazada, pero los de Scariolo respondieron con cabeza y una intensidad defensiva que ahogó al conjunto serbio en los primeros minutos. Con Deck marcando territorio y un Tavares imperial bajo los aros, los blancos impusieron su ley en ambos lados de la pista.
Según avanzó el cuarto, el ritmo ofensivo bajó ligeramente, aunque las defensas siguieron siendo de manual. La entrada del ‘Facu’ sirvió para reactivar la chispa y acelerar el juego, forzando a Obradovic —recibido con cariño y respeto por la afición madridista— a pedir un tiempo muerto antes de que el marcador se le escapara. El Madrid, sólido, dobló en puntos a los serbios y dejó claro que no tenía intención de repetir viejas pesadillas.
El segundo cuarto fue una auténtica exhibición blanca. Si el primero había sido de control y solidez, el segundo fue pura inspiración. Trey Lyles salió encendido, demostrando por qué está llamado a ser uno de los grandes referentes ofensivos de esta nueva era madridista: ocho puntos en apenas un minuto y medio para desatar la locura en el Palacio. A su energía se sumó el debut soñado de Maledon, que dejó destellos de su enorme talento y una elegancia natural con el balón en las manos. El Real Madrid, con ritmo, confianza y profundidad de plantilla, desbordó a un Partizán sin respuestas. Y como si de un guion perfecto se tratase, Okeke —otro de los nuevos— cerró el cuarto con un triple que levantó al público y selló el +19 (52-33) con el que los blancos se fueron al descanso. Un recital coral y una declaración de intenciones.
El tercer cuarto tuvo el aroma de los grandes equipos: esos que, cuando sienten que el rival aprieta, responden con temple y carácter. El Real Madrid salió del vestuario con la misma energía del inicio, de nuevo con Deck y Lyles tirando del carro. Aunque Partizán recortó diferencias gracias al talento de Carlik Jones y Jabari Parker, los blancos no perdieron el pulso.
La defensa —marca registrada ya del nuevo cuerpo técnico y muy especialmente de Luis Guil— volvió a ser el cimiento sobre el que reconstruir la ventaja. A partir de ahí, todo fluyó: ataques más pausados, buenas decisiones y una anotación coral que volvió a disparar la renta hasta los 19 puntos. Con Lyles, Okeke, Hezonja, Maledon y Tavares ya en dobles dígitos, el Palacio disfrutaba de un Madrid serio, solidario y con pinta de proyecto en crecimiento.
El último cuarto arrancó con un pequeño cortocircuito en el ataque blanco, un apagón que duró poco pero que dio alas a Partizán. En apenas dos minutos y medio, los serbios recortaron diferencias, aunque rápido apareció Okeke con un triple redentor y, justo después, SúperMario para devolver la calma al Palacio. La defensa del Madrid, férrea y disciplinada, volvió a marcar el rumbo, dejando a los de Obradovic sin respuestas claras ante el candado blanco. Aun así, el empuje visitante, guiado por Marinkovic y Duan Washington, logró acercar a los suyos hasta los 8 puntos, haciendo que los últimos minutos volvieran a tensionarse.
Los árbitros también contribuyeron a que los serbios no perdieran la cara al duelo y afrontaran los últimos minutos con energía. Pero este equipo tiene una mentalidad de hierro y la afición, más aún. Pese a la presión de Partizán y de su afición, siempre mal encarada con el resto de asistentes, los blancos consiguieron cerrar una victoria brillante e importante.
El próximo partido del Real Madrid de baloncesto será el próximo viernes 17 de octubre ante Estrella Roja, a las 19:00 horas, en Euroliga.