Sevilla: los aficionados lanzan objetos y se suspende el derbi. Almeyda: "El público estaba acostumbrado a ganar"

No le salió bien el derbi de Sevilla a los de Matías Almeyda: 2-0 del Betis, que además mantiene la quinta plaza en la clasificación, al contrario que los blanquinegros, que cayeron al décimo puesto. El técnico argentino, eso sí, se tomó un momento para quejarse de los incidentes ocurridos en el derbi sevillano: "Cuando suceden actos incorrectos a nadie le gusta; ahora hay que ver por qué han ocurrido. A la gente hay que respetarla. Si ganas debes ser humilde y marcharte, no provocar", afeó a su propia afición.

"No se provoca", remarcó. "Nada está bien, pero lo que se lanzó era de plástico. ¿Cuántas cayeron? ¿Una, dos…?", dijo Almeyda a propósito del lanzamiento de objetos y la suspensión momentánea del partidazo decretada por el árbitro. "Si vienen a Sudamérica entonces no pueden jugar un partido. Estamos jugando al fútbol, es un derbi, hay una provocación y la gente se manifestó así. No estoy de acuerdo con nada, ni con la provocación ni con la reacción, pero es fútbol y ni siquiera habían golpeado a nadie".

"Son medidas que se toman y quizá uno está acostumbrado a otra cosa. Que te tiren una piedra, no sé. Una botellita de plástico, no pasa nada. Pero sigue estando mal", explicó Almeyda, recordando el gesto de los hinchas de su Sevilla, furiosos por la derrota por 0-2 que estaba a punto de certificarse. "¿Por qué lo hizo, además de estar enfadado por perder un derbi?", reflexionó el ex técnico de River Plate. "Y se lo dice alguien que hizo algo parecido (contra Boca, ndr). Bien hecho, porque aquella vez nos robaron el partido, no nos pitaron seis penaltis".

Aunque no justifica el lanzamiento de objetos al campo, el entrenador del Sevilla entiende la frustración de la afición: "Es comprensible lo que reclama el público, porque se había acostumbrado a que este equipo ganara muchas cosas. Se percibe frustración al no ver al equipo a ese nivel", apuntó Almeyda. "Está en el proceso de llegar, llevará tiempo", pidió calma el argentino de 51 años. "Tenemos que dar todos el máximo; mañana he leído que irán cuatro mil personas (a domicilio, a Extremadura, ndr). Deben insultarnos y aplaudirnos. Es la realidad. Es un público acostumbrado a ganar. Cuando atraviesa momentos de dificultad, le cuesta aceptarlo", según recogió MARCA.