Giuliano, cuando el apellido no pesa: titular en el Atlético de Madrid y en la selección argentina por mérito propio

Nunca es fácil ser 'hijos de...'. En el fútbol, como en otros ámbitos, el recelo aparece de inmediato: se sospecha que el heredero entra en la cantera por el apellido, que recibe más atención que los demás y que ocupa un sitio que correspondería a quien no tiene lazos familiares. Y cuando ese hijo alcanza el primer equipo, la duda crece: '¿De verdad se lo merece?'.

La realidad es que en la élite no se permanece mucho tiempo solo por cuestión de sangre. Zidane, sin ir más lejos, tuvo a cuatro hijos en la cantera del Real Madrid y llegó a dirigir a dos de ellos, pero ninguno logró imponerse con los blancos. Por eso, subraya As, hay que reconocer el valor de Giuliano Simeone. Es cierto: le entrena su padre, pero cualquiera que hoy se sentara en el banquillo del Atlético de Madrid le pondría de titular. Y no le une ningún parentesco con Lionel Scaloni, que ya le ha convocado nueve veces con la Selección argentina y le ha dado la titularidad en tres ocasiones, ante rivales del calibre de Uruguay, Brasil, Chile y Colombia (y a la 'Canarinha' incluso le marcó un gol).

El lunes, en La Cartuja, firmó una actuación magistral. Giuliano juega porque es un excelente futbolista y quien le critica por el apellido no ve lo que tiene delante: un atacante intenso, generoso y capaz de marcar diferencias en cualquier fase del juego. En Zaragoza y en el Alavés intentaron retenerle; la pasada temporada la cerró con 5 goles y 9 asistencias y en esta ya suma 3 y 3. Basta mirarle como a un jugador más para entender que no le debe nada a su padre, solo a su talento.